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El día de hoy, pero hace 43 años, la ciudad de Long Beach, California, dio la bienvenida a Tiffani-Amber Thiessen. La actriz nació en una familia que no estaba familiarizada con la industria del entretenimiento. Sin embargo, cuando su madre y su abuela vieron cómo se desenvolvía la pequeña, supieron que estaba hecha para compartir su talento.
Su carrera como modelo despegó rápidamente. Aparecía en las portadas de revistas juveniles y fue nombrada entre las más sexys de la época.
Finalmente, en 1989 llegó el que se convertiría en el papel más recordado de su carrera. Thiessen audicionó para el papel de Kelly Kapowski en la serie de la NBC, Saved by the Bell (Salvados por la campana).
En la serie que estuvo al aire hasta mayo de 1993, Kelly era el centro de atención de la escuela. Era capitana de las porristas, del equipo de natación, voleibol y del de softball. El papel era dulce y divertido, y además permitía a Thiessen lucir su belleza natural.
Cuando la serie terminó, la actriz buscó opciones para seguir su carrera, pero como una actriz más madura y seria. Encontró la forma de hacerlo a través de su papel de chica mala como Valerie Malone, en Beverly Hills 90210.
Después la vimos participar en varias películas, como Speedway Junkie, The Ladies Man y Hollywood Ending, del director Woody Allen. Pero, la realidad es que la mayoría la recordamos por sus dos primeras participación televisivas.
Más adelante, entre 2004 y 2009, la actriz y modelo decidió enfocarse en su vida personal y tomar un descanso de su carrera. En 2005 se casó con el también actor Paul Brady, y se dedicó a su relación hasta que volvió a la pantalla chica para la serie White Collar.
A través de los años, llama la atención cómo esta actriz ha logrado mantenerse alejada de los tabloides. Actualmente tiene dos hijos con Brady: Harper Renn Smit, de 6 años, y Holt Fisher Smith, de un año.
Además, tiene su propio programa de cocina, Dinner at Tiffani’s, que se transmite a través de the Cooking Channel.
Mientras la volvemos a ver en una nueva serie, esperamos que sus recetas sean tan dulces como su sonrisa.
