Cuando Eric Schmitt-Matzen recibió una llamada hace unos días de un hospital en Tennessee, no imaginó que viviría una de las experiencias que le dejaría una gran marca en su corazón. El hombre de 60 años de edad fue solicitado para ver a un niño de cinco años que estaba enfermo y quería ver a Santa Claus.
Por varios años, Schmitt ha representado al gordito bonachón gracias a que su larga y blanca barba y su fisionomía le dan el toque perfecto para convertirse durante esta temporada en Santa.
Su amiga, una enfermera del hospital, le llamó para decirle que se trataba de un favor especial, según retoma el USA Today; él acababa de llegar del trabajo, pero la urgencia del llamado le impidió acudir con su traje de Santa, por lo que decidió acudir únicamente con unos tirantes navideños.
El pequeño, cuyo nombre fue omitido por respeto a la familia, tenía un deseo muy especial: ver a Santa Claus antes de morir.
Schmitt-Matzen no tardó en llegar al lugar, ubicado en Knoxville, Tennessee, donde ya lo esperaban los familiares del niño. Ya ahí, entró a la habitación del pequeño con un juguete de The PAW Patrol (La Patrulla Canina) en las manos que la madre le había dado minutos antes para entregarlo a su hijo.
“Cuando entré, él estaba acostado, tan débil que parecía que estaba a punto de quedar dormido. Me senté en su cama y pregunté: ¿Qué es esto que escuché de que te vas a perder la Navidad? ¡No puedes perderte la Navidad porque tú eres mi duende número uno!”, según relató el hombre al diario Knoxville News Sentinel.
El niño preguntó de inmediato a Santa: "Dicen que me voy a morir. ¿Cómo sabrán que lo soy allá a donde voy?", a lo que Schmitt respondió: “Cuando llegues, diles que eres el duende número uno de Santa y yo sé que ellos te dejarán entrar”.
El pqueño recibió su regalo navideño, pero dada su condición crítica apenas pudo abrirlo. Poco después, el pequeño intento incorporarse para darle un abrazo a Santa y lanzar su última pregunta: “¿Santa, me puedes ayudar?”.
“Yo lo abracé, y antes de que pudiera decir algo, murió”, narró Schmitt-Matzen.
De acuerdo con USA Today, el hombre, un veterano del Ejército de EU, no soportó el traumático momento y estuvo a punto de renunciar a su papel como Santa Claus; sin embargo, tras pensarlo un poco más decidió continuar como Papá Noel “por ellos y por mi”.
La historia fue contada por Sam Venable, columnista del Knoxville News-Sentinel.