Las estrellas pueden brillar por su talento. Cuando fallecen ese brillo se apaga y pasan a formar parte del recuerdo en la mente de las personas y se convierten en estrellas fugaces. Algunas celebridades mueren por su avanzada edad. Sin embargo, otras tantas se van a causa de algún paro cardiaco, un accidente, por alcoholismo o una sobredosis. Muchos, nos han dejado de manera trágica y misteriosa.
Investigadores de universidades de Queensland y New South Wales hicieron un análisis del estudio, donde encontraron que actores, músicos y aquellas personas que se dedican al ámbito deportivo profesional, murieron muy jóvenes. La edad promedio que se obtuvo con el análisis fue de 77 años.
Dentro de la historia del cine, recordamos muertes trágicas que incluso han resultado bastante misteriosas, como el caso de James Dean, quien participó en las películas Al este del Edén, Rebelde sin causa y Gigante. El actor murió el 30 de septiembre de 1955. El choque maldito que causó su muerte, fue un cúmulo de coincidencias.
Lo estrenó el 21 de septiembre de 1955. Dos días después, coincidió con Alex Guinness en un restaurante, éste le dijo que no debería conducir el automóvil porque podría terminar muerto en una semana. No le hizo caso y fue lo que ocurrió. ¿Coincidencia?
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