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Kim Kardashian presumió su figura de reloj de arena, mientras asistía al nuevo negocio de comida de su amigo Jonathan Cheban.
La celebridad de Calabasas arribó al local de Woodland Hills en Los Ángeles ataviada con un sexy conjunto en tono grisáceo.
Presumió de su diminuta cintura con una maxi falda drapeada al frente y por detrás del diseño, además de cubrirse con un top de tirantes al estilo braless.
Foto: The Grosby Group
Añadió zapatillas deportivas blancas, limitó sus accesorios a gafas solares tipo espejo (inspiradas en la moda de los años 90) y portó la que parece ser su argolla matrimonial en su mano izquierda.
Dejó su melena oscura en mechones rizados a lo largo de su espalda hasta rozar su famoso derrière.
Resaltó sus rasgos con maquillaje cargado que consistió en sombras oscuras sobre sus párpados, labios marrones y pómulos delineados.
La empresaria compartió detalles de su visita en su cuenta de Instagram, mientras que las cámaras del programa de Keeping Up With The Kardashians grababan segmentos.
Cuando entró al establecimiento de Burger IM, Kardashian se encontró con su amigo mientras le decía a sus seguidores: “Chicos, miren a quién veo aquí, ¿de quién es este lugar? Es increíble”.
A su vez, Cheban contestó: “¿Puedes creer esto? Estoy en todos lados. La cara del Dios de la Comida”.
Antes de asistir al compromiso con Jonathan, la empresaria publicó en redes sociales una fotografía de su pequeña hija North West luciendo un vestido rosa estampado y un par de botas de tacón rosas a juego de Kim.
“La señorita North se vistió y pensó que estaba lista para el día, hasta que le dije que no podía usar mis botas”, escribió la millonaria.
La hija en común de Kim y Kanye West posó para las imágenes en medio de un espacio blanco, mientras presumía de un bolso de peluche en combinación con su glamoroso atuendo.
En otras instantáneas la pequeña de cinco años se ve llorando y haciendo pucheros.