El empresario, cantante y productor musical estadounidense Kanye West, un nuevo multimillonario, es uno de los beneficiarios de los préstamos del gobierno de Estados Unidos creados para ayudar a pequeñas y medianas empresas a superar la crisis de covid-19, informaron el martes medios estadounidenses.
West, quien anunció su candidatura para las elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre, se benefició de los fondos del Programa de Protección de Cheques (PPP) -préstamos especiales por la pandemia- para su marca de zapatillas, Yeezy, desarrollada en sociedad con la gigante Adidas.
Otro beneficiario potentado es el artista estadounidense Jeff Koons, uno de los más cotizados del mundo y cuya escultura "Conejo" se vendió por 91,1 millones de dólares a precio actualizado, un récord absoluto en subastas para un artista vivo.
Además, se han visto favorecidos con el sistema los bufetes del famoso abogado litigante David Boies y del abogado defensor del presidente republicano Donald Trump, Marc Kasowitz, de acuerdo con los reportes de la cadena CNBC.
Otros beneficiarios de los préstamos PPP incluyeron a la cadena de restaurantes y negocios PF Chang vinculada a varios miembros del Congreso, así como la poderosa Iglesia de la Cienciología, detalló la cadena CNBC.
Y varios medios, incluido The Washington Post, coincidieron en informar que hasta el esposo de la líder de los demócratas en el Congreso estadounidense, Nancy Pelosi, también pudo beneficiarse de un préstamo para la compañía de la que es copropietario. Los préstamos incluso contemplaron a varias entidades que alquilan espacios en edificios pertenecientes a la Organización Trump, del presidente.
Neil Barofsky, quien administró el programa público que ayudó a los bancos estadounidenses a deshacerse de sus activos tóxicos después de la crisis de 2007-2008, consideró que "incluso si (los beneficiarios) pueden afirmar efectivamente que cumplen con los criterios (para obtener un préstamo), aceptar el dinero viola claramente el espíritu de la ley y parece simplemente codicioso e injusto".
La controversia es la última tras la implementación del PPP, lanzado por el gobierno en abril como un programa clave para salvar empleos inmediatamente después de los cierres forzados por el coronavirus de innumerables empresas y negocios, lo que provocó decenas de millones de despidos.
El programa en su esencia proporciona préstamos condonables a pequeñas empresas afectadas por el coronavirus para cubrir los salarios de los trabajadores y algunos gastos básicos.