En el mundo del espectáculo, en la mayoría de los casos de éxito verse bien es tan importante como saber actuar. En ocasiones, incluso es más relevante el físico que el talento. Por eso, se ha vuelto solo natural esperar que las celebridades mantengan un físico perfecto sin importar lo que suceda en sus vidas.
No hay diferencia entre las actrices que acaban de dar a luz a un par de gemelos, y aquéllas que están por rebasar los 60 años. Todas deben lucir como recién entrenadas, saludables y en forma.
En el caso de los hombres hay un poco más de flexibilidad (lo cual no es nada nuevo). Aún así, en Hollywood se perdona poco, y no es limitado el número de actores que incluso deciden hacer una visita al quirófano con tal de extender su juventud lo más posible, como es común entre sus compañeras femeninas.
Es bajo este contexto que nos atrevemos a cuestionar qué fue lo que pasó con John Travolta quien, de ser un joven atlético ha llegado a su cumpleaños número 63 como un señor que aparenta cierto descuido en su salud y físico.
El actor nativo de Nueva Jersey apareció en el mundo del espectáculo gracias a su participación en las series de televisión Welcome Back y Kotter. Pero su establecimiento como un galán de Hollywood se dio a partir de su papel en la película Saturday Night Fever, en 1977.
A lo largo de su carrera, Travolta tuvo varios altibajos. De hecho, algunos consideran que su participación en la cinta del director Quentin Tarantino, Pulp Fiction (1994), lo salvó del olvido.
Sin embargo, conforme pasan los años, hemos visto que la edad no le ha caído muy bien. Además de convertirse en un hombre grande y robusto, tiene un gesto desolado que parece no puede quitarse del rostro. Esto podía deberse a momentos trágicos que ha sobrevivido.
En el 77, su novia Diana Hyland murió como víctima ante la lucha contra el cáncer de mama. Años después, cuando parecía que su vida privada estaba en paz al lado de su esposa, Kelly Preston, y sus tres hijos, Ella, Benjamin y Jett, vivió la tragedia más grande que podría sufrir un padre: la pérdida de un hijo.
En 1991, Jett, el menor, sufrió un episodio convulsivo mientras vacacionaban en familia en las Bahamas. El ataque fue mortal.
Desde entonces, Travolta ha declarado en diferentes entrevistas lo difícil que ha sido recuperarse del golpe. Esto podría explicar por qué el actor ha preferido disfrutar de la vida en vez de presionarse con estándares de belleza para encajar en la industria del espectáculo.