“Debes encontrar algo que ames profundamente y que te apasione y estar dispuesto a sacrificar muchas cosas para alcanzarlo”.
El empresario Howard Schultz es el ejemplo perfecto de que el trabajo constante genera resultados. Hijo de un exsoldado y camionero, nació en Brooklyn, Nueva York, el 19 de julio de 1953.
Creció en una vivienda pública y pasó su infancia rodeado de problemas económicos. A los siete años, vio una imagen que le cambiaría la vida.
En marzo de 1960, encontró a su padre "tumbado en el sofá con yeso desde la cadera hasta el tobillo"; se había lesionado en el trabajo. Su padre era un veterano del ejército sin indemnización laboral, sin seguro médico.
En mayo de 2017, dijo en un discurso en la Universidad de Arizona: "En ese momento, vi la fractura del ‘sueño americano’. Vi a mis padres pasar por la desesperanza y la desesperación ... Esas cicatrices están conmigo incluso hoy".
Schultz se abrió puertas por sí mismo. Obtuvo una beca para asistir a la Universidad de Northern Michigan; fue el primero de su familia en cursar ese grado de estudios.
En uno de sus libros, narra que para solventar los gastos escolares tuvo que sacar préstamos, trabajó como cantinero e incluso vendió su sangre.
Tras graduarse, trabajó en Xerox y rápidamente fue ascendido como representante de ventas. En 1979, se convirtió en gerente general de la cafetería Hammarplast y en 1981 visitó la incipiente tienda Starbucks Coffee Company en Seattle.
Al año siguiente se unió a la compañía como director de operaciones y marketing, cuando Starbucks sólo tenía cuatro tiendas.
Se desempeñó como CEO de la compañía desde enero de 2008 hasta abril de 2017. Hoy, Starbucks es el principal proveedor de café en el mundo, con más de 23 mil tiendas en 67 países.
Te contamos cómo lo logró en nuestra galería.