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Parece que a la nueva primera dama de Estados Unidos le está costando bastante asumir su nuevo cargo político y la atención que esto implica. Solo hace falta ver sus expresiones faciales a lo largo del día de hoy para darnos cuenta de que está muy asustada.
Después de cumplir con el protocolo de toma de protesta durante el día, había grandes expectativas acerca de cómo se desenvolvería la familia Trump durante las galas nocturnas. Especialmente resultaba intrigante ser testigos del primer baile oficial entre el recién nombrado presidente, Donald Trump, y su esposa, Melania.
Desde el momento en que finalmente salió la pareja al escenario, era muy notorio que Melania no se sentía cómoda. ¿Qué la delató? Un gesto serio y una pose tensa.
En el caso del presidente, por otro lado, fue posible ver su profunda comodidad con el momento. Como un niño que acaba de recibir un enorme dulce, Trump no podía evitar mostrarse sonriente.
Trump dio un nuevo discurso acerca de lo bien que había marchado su día, y sobre cómo “Dios había puesto los ojos en ellos”, reflejado en una serie de aguaceros que en ningún momento interfirieron con la agenda del día. Mientras, Melania permanecía tensa a su lado, (eso sí, perfectamente vestida para la ocasión) regalándonos solo una leve sonrisa de vez en vez.
No fue hasta que Trump mencionó el apoyo de su esposa durante este proceso que la pareja finalmente se tocó, y pudimos ver que la nueva primera dama dio un pequeño respiro cuando su mano encontró el apoyo del empresario.
A continuación, finalmente llegó el momento que resultaría más relevante para la velada: el primer baile del presidente y su esposa.
Podríamos pensar que se trata de un momento íntimo y emocionante. Pero… invariablemente Melania parecía al borde de un ataque. Tomando en cuenta lo tensa que la pone la situación, no deberá sorprendernos que haya decidido permanecer en Nueva York y aún no mudarse a la Casa Blanca.
Lo que no nos sorprendió, fue la perfecta participación de Ivanka Trump y su esposo, Jared Kushner, cuando se sumaron al baile. Para entonces la pista ya estaba repleta con la pareja presidencial, la vicepresidencial y los hijos de cada una de ellas.
Con un vestido estilo princesa, Ivanka no dejó de sonreír durante el resto de la canción. Incluso se le veía divertida. Una vez más, la hija de Trump nos demostró que será ella la mujer que apoyará al presidente durante los siguientes cuatro años.