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Las alarmas anunciaban peligro de inundaciones en la ciudad de San Antonio y la tormenta se dejo venir, pareciera que el desplazamiento de miles de fans iba a ser complicado por decir lo menos o prácticamente imposible. Sin embargo nada los detuvo y a las 10 de la noche en punto los 7 mil espectadores al concierto de el bachatero Romeo Santos se encontraban ocupando sus asientos en el Freeman Coliseum, muy cerca del centro de la ciudad del Álamo.
El qué si llegó tardísimo fue Romeo pues el concierto debía haber comenzado una hora antes. En fin el público no protestó y cuando se escucharon los primeros acordes y se encendieron las luces en el escenario la multitud rugió en unísono, se levantaron de sus asientos y prepararon sus teléfonos para captar las primeras imágenes del cantante nacido en el Bronx.
El escenario lució espectacular pantallas enormes en ambos lados, un par de bestias metálicas mezcla de perro, toro y león en color oro resguardaban la tarima en la que subió el cantautor como si emergiera del fondo de la tierra. Fuego, músicos, coristas la mayoría vestidos de cuero negro, y Romeo comenzaron a bachatear.
El ambiente que se respiraba era de romanticismo en su máxima expresión pues este ritmo de la bachata es de tres movimientos lentos de cadera a la derecha y un cuarto caderazo al aire y así de regreso los cuerpo pegados y cadenciosos. La letra de las canciones inspiraba al amor, a la entrega, a la belleza y delicadeza de la mujer y las relaciones amorosas. Aunque también en sus momentos un poco más reggaetoneros y sensuales hablaba de la infidelidad, de la pasión y del arrebatamiento.
Romeo se cambió dos veces más de ropa a una sudadera muy ligera y finalmente una camisa blanca de manga corta.
La noche fue especial para todos los enamorados pero sobre todo para una pareja. La novia, fan de Santos al cien, y el novio por complacerla le pidió matrimonio en pleno Coliseum con el escenario de su artista favorito de fondo.
La noche también fue especial e inolvidable para una fanática que fue invitada a subir al lado de su ídolo para que le dedicará un canción al oído y le robara un beso, el único requisito para ser la elegida era ser “gordita” y así fue.
Los admiradores de Santos vinieron desde muy lejos a verlo, algunos de Puerto Rico y Latinoamérica, así como de varias partes de los estados Unidos, la mayoría de México. El cantante de un metro 86 centímetros expresó su amor y agradecimiento a los mexicanos y en una más de sus bromas comentó que lo que le gusta de los mexicanos es que cuando le hablan no saben si le están recordando a su adorada madre o dándole un halago. El grito viva México se escuchó varias veces liderado por Romeo.
Para cerrar con broche de oro y de regresó después del típico “otra”, “otra” el ex integrante del grupo Aventura se ‘llevó” a otra fan a la “cama” donde juguetearon mientras el cantaba.
Romeo no sólo cuenta con fanáticas del sexo femenino sino que también es admirado y seguido por jóvenes de los cuales uno de ellos fue invitado a cantar con él a dueto.
Vive USA tuvo acceso al concierto y te presentamos una galería con lo mejor de Romeo Santos.
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