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La semana pasada, tras ganar el Super Bowl LI, algunos jugadores de los campeones Patriotas de Nueva Inglaterra anunciaron que no asistirán a la reunión que tendrá el equipo con Donald Trump. Sin embargo, Tom Brady sentó el precedente.
Brady, el mariscal de campo de los Pats, quien mantiene una relación de amistad con el actual mandatario estadounidense, hizo lo mismo que ahora harán sus compañeros, pero durante la administración de Barack Obama.
Luego de la coronación de los Patriotas en el Super Bowl XLIX frente a los Halcones Marinos de Seattle, Tom Brady se negó a reunirse con Barack Obama en la Casa Blanca y puso como pretexto un ‘compromiso familiar’; no obstante, es una razón un tanto débil si se toma en cuenta que todos sus compañeros asistieron y que es difícil de rechazar un compromiso de este calibre.
Durante su campaña presidencial, Donald Trump afirmó que Brady es su amigo y el tema se volvió controversial el año pasado. Ante ello, la esposa del mariscal de campo, la modelo brasileña Gisele Bündchen, negó que existiera tal amistad con el empresario e incluso, ella apoyó las marchas de mujeres contra el mandatario.
Sin embargo, durante la semana previa al Super Bowl LI, en emisión del programa de radio Boston WEEI-FM, los conductores entrevistaron a Tom Brady, y le preguntaron acerca de su relación con el nuevo presidente de Estados Unidos y sobre sus llamadas con él. "Si conoces a alguien, no significa que estás de acuerdo con todo lo que dicen o hacen”.
Además de ello, cabe recordar que el quarterback si se entrevistó con el republicano George Bush durante su mandato, razón por la que, pese a que a veces lo ha negado, sus preferencias políticas son más afines con el Partido Republicano, al que pertenece Donald Trump, que el Demócrata, al que pertenece el recién salido Obama.