Los premios Emmy fueron creados para reconocer la excelencia en la industria de la televisión estadounidense. Sin embargo, también se han convertido en una pasarela donde los invitados lucen sus mejores galas.
Las firmas de moda se vuelven protagonistas de la noche, al pedir a celebridades que porten sus prendas y sean embajadoras de sus marcas. Sin embargo, hay un tipo de famosas que no cabe en sus estándares: las chicas ‘curvy’.
Celebs que no son talla cero han sido rechazadas por diseñadores y otras prefieren comprar sus vestidos en tiendas debido a la batalla que representa encontrar a uno. El último ejemplo lo protagonizó Rachel Bloom en los Emmy 2017.
La actriz de Crazy Ex-Girlfriend dijo que tuvo que comprar su vestido Gucci, porque sabía que la marca no le prestaría uno.
Vía Twitter señaló: “No le pedimos a Gucci que me vistiera porque le prestan a muy pocas actrices. Es triste, pero, los préstamos no son aptos para mujeres que no son talla cero”. La decisión de Bloom fue aplaudida en redes sociales.
Después del evento, declaró en entrevista: "El problema es toda con la industria de la moda: Mi cuerpo es normal y saludable, pero cuando me pones al lado de un modelo me veo obesa".
La ganadora del Globo de Oro a la ‘Mejor Actriz’ no es la primera celebridad que pasa por un momento así. En 2016, la actriz Bryce Dallas confesó que compró el vestido que llevó a los Golden Globes porque es talla seis y los diseñadores tienen pocas opciones para ella.