Las celebridades del momento, desde Kim Kardashian hasta Blake Lively, pasando por la española Rosalía, apostaron este lunes por el glamour clásico en una Met Gala que animaba a homenajear la "época dorada" de Nueva York y beber de la extravagancia en menores dosis que otros años.
El exclusivo evento, que recauda fondos para el Instituto de Moda del Museo Metropolitano de Nueva York (Met) y sigue una temática marcada, se celebró de nuevo el primer lunes de mayo, como era tradición desde los años noventa hasta que la pandemia obligó a cancelar la cita en 2020 y a posponerla a septiembre el año pasado.
Anna Wintour, la editora de Vogue, selecciona personalmente a los invitados.
La copresentadora Blake Lively fue una de las primeras estrellas en deslumbrar con un vestido de cuentas de Versace con un enorme lazo de satén que se desplegaba para revelar una cola azul claro.
Blake Lively sonrió para las cámaras con su gran vestido, acompañada por su esposo Ryan Reynolds con traje de terciopelo marrón.
El vestido vestido rosa y bronce de Lively se transformó en una capa brillante de azul cielo después de que tiraron de un gran moño que llevaba en su falda. Se inspiró en la Estatua de la Libertad, el edificio Empire State y el techo azul de la Gran Estación Central de Nueva York.
“En vez de buscar en la moda para influir en el vestido, miré hacia la arquitectura de Nueva York”, dijo Lively.
El costo de un asiento en la Gala del Met comenzaba el año pasado en 35,000 dólares, aunque algunos asisten gratis. Las celebridades a veces van acompañadas (y pagan sus cuentas) por los diseñadores que las visten u otras empresas que las invitan. Enfocada esta edición en la inclusión en la moda, puede que celebra e incluya a más diseñadores anónimos de lo habitual.
El evento es invención de la difunta Eleanor Lambert, una publicista de moda tan poderosa como Wintour en su época. En 1948, necesitaba idear una forma de pagar el recién formado Instituto del Vestuario, el único departamento del Met que debe recaudar sus propios fondos.
Si bien muchos en la lista de invitados de Wintour siguen el código de vestimenta, otros siguen su propio camino. La interpretación lo es todo.