Desde que su esposo dejó la presidencia de Estados Unidos a inicios de año, Melania Trump ha mantenido una vida a bajo perfil en su casa de Miami, Florida.
A comparación de Donald Trump, e incluso de Ivanka y su esposo Jared, la ex primera dama no ha hecho una aparición en público o de forma oficial desde que dejó su cargo, hace 100 días.
En cambio, se mantiene oculta en Mar-a-Lago, el lujoso complejo de tipo resort propiedad del ex presidente ubicado en West Palm Beach, según apuntan reportes de CNN.
Una fuente le dijo al medio que Melania ni siquiera interactúa con los miembros del club o se le ve en los alrededores de la propiedad, ocasionalmente visita el spa y cuando lo hace recibe dos tratamientos al día.
Asimismo, pasa tiempo de calidad con su hijo Barron Trump de 15 años y suele recibir la visita de sus padres de forma continua, incluso se les tiene reservada una suite personal en el complejo.
Según la fuente del medio, Melania parece estar más “feliz y relajada”, es más amable y sonriente con los invitados de su marido que suelen estar presentes durante la cena.
Durante su estancia en la residencia oficial, la ex modelo se sentía ansiosa y anhelaba que llegara el momento de mudarse a Florida para continuar su vida en privado y trabajar en su proyecto Be Best que creó en 2018 con el objetivo de combatir el ciberacoso y proteger a los niños.
Hasta el momento, en sus redes sociales también se ha mantenido en un perfil bajo, sólo publicando una que otra foto de Be Best. La última publicación fue para agradecer a sus seguidores de Instagram por las felicitaciones que le enviaron de cumpleaños.
La última vez que dio de qué hablar fue cuando celebró el cumpleaños de su hijo Barrón, con una publicación hecha en Twitter en la que puso una foto del número 15 en números negros.
Se trata de una de las mansiones más grandes y populares de Palm Beach. Fue construida bajo un concepto palaciego a inicios del siglo XX en 20 acres de terreno, con 128 habitaciones y 10 suites de lujo para invitados especiales.
Donald Trump adquirió el lugar con muebles en 1985 por un total de $8 millones de dólares, desde entonces su valor sólo ha ido aumentando.
Además de la residencia principal, Mar-a-Lago tiene campos privados de golf y polo disponibles para la familia y los miembros exclusivos.
Hay piscinas, playas privadas, comedores, salas privadas del club, un helipuerto y zonas especiales para eventos sociales y galas.
Para poder ser parte de este complejo, es necesario tener una membresía, la cual llega a costar hasta $200 mil dólares actualmente, además de la membresía, los miembros deben pagar cuotas anuales de hasta $14 mil dólares además de los alimentos.
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