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El caso reciente del par de prisioneros estadounidenses, que gracias a una mujer que trabajaba en la prisión en Nueva York, donde se encontraban presos y los ayudó a escapar por decirse enamorada de ellos, los ha vuelto muy populares y no en una forma negativa sino como hombres muy bien dotados y deseados. Y seguramente muy pronto alguien hará una película sobre ellos.
Los expertos llaman a esta condición hibristofilia y es el amor o admiración por los asesinos que surge por la publicidad morbosa de los medios de entretenimiento, las autoridades y el apetito del ser humano por lo macabro. Las exageraciones de los medios han borrado la línea entre la ficción y la realidad y así asesinos reales como Jeffrey Dahmer quien fue condenado por secuestrar, matar, desmembrar y comerse a sus victimas y asesinos inventados para un libro o película como Hannibal “The Cannibal” Lecter se vuelven en la misma cosa en la mente del público en general.
Son los que algunos periodistas han llamado celebridades monstruosas que despiertan la parte obscura de los espectadores.
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