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Hayden Panettiere destiló glamour y belleza durante la alfombra roja de la gala amfAR, celebrada en Los Ángeles.
Arribó al Pacific Design Center luciendo a su manera la tendencia sin pantalones con un blazer vestido rojo carmesí de Saint Laurent, que presentó escote profundo, solapa gruesa y botones cruzados.
Combinó la prenda de casi $3 mil dólares con medias humeadas, un par de sandalias negras con correas de charol y un clutch negro con lentejuelas plateadas.
Lució su rostro con maquillaje claro, labial rosado, blush, sombras marrones en los párpados y un fino cat eye. Su cabello se mostró peinado de lado con mechones lacios.
Agregó discretos pendientes de Saint Laurent, manicura roja y dejó a la vista su sostén negro.
Foto: AFP
Posó sonriente y relajada en la alfombra roja y después fue vista uniéndose al resto de celebridades invitadas, incluida Kelly Rowland y Scout Willis, hija de Bruce Willis y Demi Moore.
Su recientes apariciones en galas y eventos de alto perfil en Hollywood se producen después de haber revelado detalles sobre sus adicciones a las drogas y al alcohol.
En una entrevista con People, la estrella de 33 años dijo que sus adicciones la hicieron propensa a tener insuficiencia hepática y otros problemas de salud graves.
Dijo que comenzó a usar drogas desde los 15 años y su adicción empeoró mientras luchaba contra la depresión posparto después del nacimiento de su hija en 2014, hasta el punto de ser incapaz de cuidarla, por lo que tuvo que enviarla a vivir con su padre en Ucrania.
“A medida que crecía, las drogas y el alcohol se convirtieron en algo sin lo que casi no podía vivir. Tenía temblores cuando me despertaba y solo podía funcionar bebiendo alcohol”, dijo la actriz de 33 años.
“Enviar lejos a Kaya (su hija) fue lo más difícil que tuve que hacer. Pero quería ser una buena madre para ella, ya veces eso significa dejarlos ir”.
Agregó que su adicción a los opiáceos comenzó a los 15, cuando trabajaba en la serie Heroes y sus compañeros le daban “píldoras felices” para parecer más animada durante las giras de promoción.
Por su parte, los problemas con el alcohol empeoraron después del nacimiento de su hija, cuando se “sentía demasiado emocional” y la gente creía que “actuaba como una loca”.
Pese a estar sobria y estar en una larga recuperación, la estella de Malcolm el de en medio no vive con su hija, de siete años, aunque está en contacto con ella y pendiente de su seguridad ahora que Ucrania está en medio de la guerra con Rusia.
MA