TE RECOMENDAMOS
Si bien actualmente es uno de los actores mexicanos más reconocidos y famosos del cine y televisión mexicana, Mauricio Ochmann tuvo que pasar una serie de problemas y altibajos desde que nació hasta convertirse en el actor consolidado que es hoy.
Y es que su vida, desde su nacimiento, se vio marcada por el abandono de sus padres biológicos y el divorcio de sus padres adoptivos.
Ochmann, de 44 años, siempre ha sido abierto a hablar sobre su vida y los momentos que lo condujeron a su presente y éxito como actor.
Abandono y adopción de Mauricio Ochmann
Nació en Washington DC el 16 de noviembre de 1977, por lo que actualmente está a punto de cumplir los 45 años.
En numerosas entrevistas y previo a su show llamado Actuando mi Vida, que en algún momento planea convertirlo en libro, ha revelado que fue adaptado dos veces; la primera tras el abandono de sus padres biológicos y la segunda tras el divorcio de sus padres adoptivos.
“Los datos que tengo es que ella era una gringa norteamericana, tenía quince años y mi padre biológico dieciséis, y español y la historia que más o menos sé es que se fue de viaje tuvo un romance de verano y volvió embarazada de este español. Y lo que tengo es que ella pone como rasgos físicos ese pelo negro, tez blanca y que era como una muy artista que le gustaba pintar y escribir y no hay referencias físicas de él, sólo dicen que él es español”, reveló el artista en una entrevista con Jordy Rosado.
Luego del divorcio de sus padres adoptivos, Ochmann se mudó a México con su madre, primero a Querétaro y luego a Celaya. Poco tiempo después se casó con Thomas Ochmann, quien lo adoptó y le dio su apellido cuando Mauricio tenía 11 años.
Además de lidiar con su historia de la infancia, Mauricio por años lidió con otros problemas personales, incluidas las adicciones al alcohol y las drogas, así como con los deseos de matarse.
Las adicciones; un punto de inflexión previo al suicidio
Según su relato en el programa de Rosado, el alcohol y posteriormente las drogas, estuvieron presentes en su vida desde que tenía ocho años, para los 15 años ya bebía en grandes cantidades y a veces sin control.
Durante una visita a Querétaro bebió tanto que despertó en un hospital.
Fue su primera esposa, María José del Valle una de las personas que le ayudó a dar el paso para entrar a rehabilitación; sin embargo, el problema no se detuvo, además del alcohol, se enfrentó al consumo de drogas.
La relación con su hija Lorenza, fruto de su primer matrimonio con del Valle, hizo que se recuperara de sus adicciones a través de ayuda profesional.
“Después de unos cuantos días que llevaba en vivo, yo ya me estaba despidiendo de Lorenza, estaba muy chiquita, ya había planeado morirme, yo pensaba: ‘No valgo palabra, ya me voy'. Le llevé un peluche y lo puse en su cama, ellas no estaban. Ya estaba yo para hablarle al dealer para pedir una cantidad considerable para ya, encerrarme yo solo y despedirme”, contó.
En su momento de reflexión, el actor evitó la desgracia y se animó a seguir viviendo y a enfocarse a su carrera, pero principalmente a su hija.
“Algo dentro de mí me dijo: ‘Mau has vivido una vida muerte, has estado tratando de sobrevivir a todo lo que has pasado, ¿por qué no te das la oportunidad de vivir?’ Así, una cosa adentro. Me invadió una paz y le hablé a un conocido, a mi padrino cuando empecé a dejar de beber, y me dijo voy para allá. Me dije: ‘Esto va por mí y por mi hija’”.
En sus numerosas confesiones sobre su juventud, Mauricio ha dicho que sufrió una sobredosis durante un viaje a Cuernavaca que casi le cuesta la vida.
“Mi cuerpo se empezó a desvanecer, estaba yo hundido en la cama y perdí el conocimiento. De repente me despierto en el hospital, que me estaban reanimando. Ya estaba mal, en sobredosis, ¿y qué crees?, no paré ahí. No fue el fondo más fuerte”.
Sus problemas con las adicciones y pensamientos suicidas terminaron antes de cumplir 30, en medio de una prometedora carrera dentro de la actuación y con una familia.
“Me duró hasta los 28 años, una adolescencia tardía. A los 28 fue cuando levanté la mano. Lorenza, mi primera hija, ya había nacido y eso me revolucionó mucho y me sacudió”.
Lorenza fue una parte importante en su recuperación, pero el nacimiento de su segunda hija, Kailani, que comparte con Aislinn Derbez, le ayudó a mantenerse sano y continuar con su carrera, lejos de las adicciones.