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A lo largo de la vida de Demi Lovato, sus inseguridades e inestabilidad psicológica la llevaron a pasar por momentos críticos desde muy temprana edad.
De acuerdo con su libro autobiográfico, Staying Strong: 365 Days a Year, que publicó en 2013, la joven actriz y cantante enfrentó desórdenes alimenticios desde que tenía tan solo 12 años. La inseguridad sobre su peso generó afectaciones como bulimia, anorexia y comer grandes cantidades de alimentos de manera compulsiva.
Con los años y la fama sus problemas solo se intensificaron. En entrevistas, Lovato confesó que su adicción a la cocaína llegó a tal grado que necesitaba inhalar la droga cada 30 o 60 minutos.
Por si esto fuera poco, con 19 años ya acostumbraba desayunar una botella de vodka, que ocultaba al interior de una botella de refresco para disimular su adicción.
A este paso su vida no sería muy larga. Su familia y amigos intervinieron y la enviaron a un centro de rehabilitación donde además le diagnosticaron desorden de bipolaridad. Definitivamente esta chica no lo tenía fácil.
Desde entonces, en los últimos seis años se ha esforzado por salir adelante y sobrepasar su delicada situación. Ahora aprovecha su influencia como celebridad para hablar de su lucha abiertamente e inspirar a jóvenes de seguir su ejemplo.
Aún así, también intenta mantenerse fuerte, y resaltar por sus talentos y no solo por sus momentos controversiales.
En estos días, Lovato cumple 25 años, y estas fotos demuestran que ha recuperado la confianza en su figura y en sí misma.