La capital de Estados Unidos, Washington DC, fue declarada este martes en estado de emergencia ante la llegada del potente huracán Florence, que se espera toque la costa atlántica del país el jueves.
"Esta mañana, firmé un decreto declarando el estado de emergencia antes del huracán Florence", tuiteó la alcaldesa de Washington DC, Muriel Bowser, quien dijo que la medida, que rige "de inmediato", "asegura" los recursos necesarios para enfrentar la tormenta.
El huracán Florence avanzaba este martes con vientos de más de 220 km/hora hacia la costa este de Estados Unidos, donde se ordenó la evacuación de más de un millón de personas.
Los residentes huían en masa a medida que el huracán de categoría 4 se aproximaba a la costa atlántica estadounidense, donde se espera que toque tierra entre jueves y viernes.
"Esta es una de las peores tormentas que azotará la costa este en muchos años", tuiteó el presidente Donald Trump. "¡Prepárense, tengan cuidado y estén seguros!", advirtió.
Florence tiene el potencial de provocar catastróficas inundaciones en zonas de la costa este ya anegadas por fuertes precipitaciones, y podría ser la peor tormenta en azotar la zona en varias décadas.
Los meteorólogos pronostican que Florence se fortalecerá en las próximas 36 horas, a medida que se desplaza hacia el oeste-noroeste a 24 km/h.
"Se prevé un mayor fortalecimiento y se espera que Florence sea un huracán de gran intensidad extremadamente peligroso a lo largo del jueves", indicó el NHC.
El gobernador de Carolina del Sur, Henry McMaster, ordenó la evacuación de un millón de residentes antes del posible arribo de Florence el jueves.
Las escuelas de 26 de los 46 condados del estado permanecerán cerradas desde el martes.
"Esto es un huracán de verdad", dijo el gobernador. "Las evacuaciones son inconvenientes, pero no queremos arriesgar una sola vida".
Su par del vecino estado de Carolina del Norte, Roy Cooper, ordenó la evacuación de los Outer Banks, barrera de islas destino de turistas, así como zonas del costero condado de Dare.
"Aquí en Carolina del Norte nos estamos preparando para un golpe fuerte", dijo el gobernador Cooper en rueda de prensa.
Añadió que Carolina del Norte se toma al huracán Florence "muy seriamente" y pidió a los ciudadanos que también lo hagan.
Los estados de Carolina del Norte y del Sur, así como el de Virginia, se declararon en emergencia para acelerar los planes de contingencia.
Las autoridades ordenaron la evacuación de más de 1,25 millones de habitantes que residen en las zonas costeras de los tres estados.
Virginia, sede de importantes instalaciones gubernamentales y militares, ya en emergencia, ordenó a 245.000 residentes costeros que evacuaran antes de las 8H00 (hora local) del martes, incluida la costa oriental.
"El huracán Florence tiene el potencial de causar inundaciones catastróficas, especialmente en nuestras áreas costeras", dijo el gobernador de Virginia, Ralph Northam, quien activó a la Guardia Nacional.
"Esta evacuación es por la seguridad de miles de residentes de Virginia que viven en esa zona. Pero los efectos de esta tormenta se sentirán en todo el estado, y aliento a todos en Virginia a que se preparen ahora", explicó.
En la vecina Maryland, el gobernador Larry Hogan dijo que, al declarar una emergencia, su estado se estaba preparando para posibles "precipitaciones históricas y catastróficas, inundaciones potencialmente mortales y fuertes vientos".
Trump declaró la emergencia en los estados amenazados, lo que permite el envío de ayuda federal. El mandatario dijo que había hablado con los respectivos gobernadores y que "el gobierno federal está listo para asistir 24/7".
Fuertes precipitaciones durante el fin de semana en la zona de Washington ya provocaron inundaciones en la vecina Alexandria, Virginia, y el Servicio Nacional de Meteorología emitió un aviso de inundaciones para parte del río Potomac.
La Armada estadounidense indicó que se preparaba a enviar mar adentro a unos 30 buques estacionados en Virginia.
Los barcos zarparán de las bases de Norfolk y Little Creek para evitar daños provocados por los vientos y las fuertes mareas, dijo el coronel Rob Manning, un portavoz del Pentágono.