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En un video del interior de la celda de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos en donde murió un guatemalteco de 16 años a causa de la influenza, se ve al joven tumbado y retorciéndose en el piso durante horas antes de que lo encontraran muerto.
El video publicado el jueves por ProPublica cuestiona la atención que la Patrulla Fronteriza le dio a Carlos Hernández Vásquez, quien fue encontrado muerto el 20 de mayo.
Según ProPublica, Carlos caminó tambaleante hacia el excusado de su celda a medianoche en la estación de la Patrulla Fronteriza en Weslaco, Texas, y se desvaneció en el trayecto.
Permaneció inmóvil durante más de cuatro horas hasta que su compañero de celda se despertó a las 6:05 de la mañana y lo descubrió en el piso.
Su compañero rápidamente llamó la atención de un agente de la Patrulla fronteriza, a quien le siguió un médico asociado que intentó una única compresión en el pecho para reanimarlo. Los informes de la policía de Weslaco que obtuvo ProPublica indican que el médico asociado rápidamente determinó que Carlos estaba muerto.
El comunicado de la Patrulla Fronteriza del día que murió Carlos dice que el joven fue “hallado inconsciente esta mañana durante una revisión de bienestar”.
En el video se ve cómo Carlos se dejó de mover aproximadamente a la 1:39 de la madrugada del 20 de mayo, 15 minutos después de haberse caído de cara al piso de concreto en la celda. Los registros de la Patrulla Fronteriza dicen que un agente realizó revisiones de bienestar a las 2:02, 4:09 y 5:05 de esa madrugada.
La doctora Norma Jean Fareley, la patóloga forense que realizó la autopsia, dijo a ProPublica que a ella le dijeron que el agente se asomó por la ventana, pero no entró a la celda.
En las fotografías de la policía se ve un gran charco de sangre alrededor de la cabeza de Carlos.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) publicó un comunicado el jueves diciendo que no podía dar detalles de la muerte de Carlos porque hay una investigación en curso, pero que la agencia y el Departamento de Seguridad Nacional “analizan todos los aspectos de este caso para asegurarse de que se siguieran todos los procedimientos”.
Sin embargo, el excomisionado interino de la CBP, John Sanders, dijo que cree que el gobierno de Estados Unidos “pudo haber hecho más” para evitar que Carlos y por lo menos otros cinco menores murieran después de ser aprehendidos por agentes fronterizos.
“Realmente creo que el gobierno estadounidense le falló a esta gente. El gobierno le falló a gente como Carlos”, dijo Sanders a ProPublica. “Yo era parte de ese sistema en un muy alto nivel y la muerte de Carlos me seguirá el resto de mi vida”.
Sanders renunció en un momento en el que la Patrulla Fronteriza tenía detenidas a miles de personas, muchas de ellas durante más de las 72 horas que la misma agencia tenía como límite, e incluso durante semanas. Cuando los cruces fronterizos aumentaron a principios de año, el gobierno del presidente Donald Trump intentó detener a las personas más tiempo para poner fin a lo que se llegó a conocer como “captura y liberación” de las familias migrantes.
Sin embargo, la Patrulla Fronteriza no estaba equipada para mantener detenidas a las personas tanto tiempo. Reportes de prensa de celdas saturadas de personas sin agua potable o duchas causaron indignación nacional. Un grupo de abogados que visitó una estación de la Patrulla Fronteriza en Clint, Texas, dijo haber visto a niños hambrientos tratando de cuidarse entre ellos y a una niña con el cabello enmarañado que llevaba días sin bañarse.
Desde entonces, la Patrulla Fronteriza redujo la cantidad de personas en su custodia, en gran parte por nuevas políticas, como la de “Permanecer en México”, bajo la cual el gobierno de Estados Unidos ha enviado a más de 55.000 personas al lado mexicano de la frontera mientras esperan que se procesen sus casos en la corte. Miles de ellos ahora esperan en campamentos fronterizos en condiciones miserables.