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Representando un Satán vestido de rojo, un Jesús con la cruz a cuestas y un falso Pete Buttigieg, tres manifestantes interrumpieron en un acto de campaña del alcalde de South Bend (Indiana) y aspirante a la candidatura demócrata para las elecciones de 2020 en EU, informó este miércoles la prensa local.
Satanás arengaba al falso Buttigieg mientras azotaba al Jesús crucificado, escena que se hizo viral en las redes y que recogió la publicación The Hill.
La protesta, según The Hill, tuvo lugar un día después de que manifestantes le gritaran en otro evento consignas a Buttigieg sobre las ciudades bíblicas de Sodoma y Gomorra, pero fueron acallados por las más de 1.000 personas que se encontraban en el lugar y corearon en respuesta "Pete", como muchos llaman al alcalde.
Buttigieg, quien formalizó el pasado domingo su entrada a la carrera por la candidatura demócrata a la Casa Blanca, participó este miércoles en un encuentro con habitantes de la ciudad de Marshalltown (Iowa).
El alcalde, que es el primer aspirante a la Casa Blanca abiertamente gay, formalizó su postulación el domingo ante más de 6 mil entusiastas seguidores, con un discurso en el que reivindicó la necesidad de un relevo generacional para arrebatar al poder al actual presidente, el republicano Donald Trump.
Buttigieg, de 37 años, ha generado un tirón sorprendente entre los votantes, debido en parte a su atípico perfil: es joven, homosexual, progresista, hijo de inmigrantes, veterano en la guerra de Afganistán, formado en Harvard y Oxford, y además toca el piano y habla siete idiomas, entre ellos español.
El carismático alcalde deberá competir con otros 17 aspirantes en las primarias demócratas.
El alcalde se ha enfrentado con el vicepresidente de EU, Mike Pence, procedente también de Indiana y conocido por su oposición a muchas políticas a favor de los homosexuales y transexuales, algo que justifica por su cristianismo.
Buttigieg ha alertado a Pence que cuando se mete con su sexualidad, se está metiendo también con su "creador", en referencia a Dios, algo que el vicepresidente de EU definió esta semana como un "ataque" a su "fe cristiana"