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El optimismo deja lugar al escepticismo en el mercado laboral en Estados Unidos, donde el empleo se recupera lentamente en medio de obstáculos y la amenaza latente de la variante delta del covid-19.
El sector privado creó 330.000 empleos en julio, según la encuesta mensual de la firma de servicios empresariales ADP publicada el miércoles, mientras que los analistas esperaban 650.000.
La cifra de junio fue revisada a la baja, a 680.000, en lugar de 692.000.
"La recuperación del mercado laboral refleja un progreso desigual, pero sigue avanzando. Las cifras de julio muestran una marcada desaceleración del ritmo de crecimiento del empleo en el segundo trimestre", dijo Nela Richardson, economista jefe de ADP.
El sector servicios, que había sido el más afectado por la crisis, creó casi la totalidad de los nuevos puestos de trabajo de este mes, con 318.000 empleos, más de la mitad de ellos en ocio y hoteles (139.000).
"Por quinto mes consecutivo, el sector del ocio y la hostelería es el sector de más rápido crecimiento, aunque el progreso se ha ralentizado", dijo Richardson.
La economista también señala que muchos empleadores tienen dificultades para encontrar mano de obra, "en particular a la luz de las nuevas preocupaciones relacionadas con las variantes de covid-19".
Sin embargo, se mantiene optimista. "Estas barreras deberían desaparecer en los próximos meses", argumentó.
La creación de empleo en el sector privado se ve como un primer indicio de la tasa de desempleo de julio, que se dará a conocer el viernes, y se espera que caiga 0,3 puntos hasta el 5,6%.
Entre los sectores público y privado juntos se podría haber creado casi un millón de puestos de trabajo.
Los problemas del cuidado de los niños, el transporte, pero también los temores al contagio por covid-19, siguen siendo de hecho un obstáculo para el regreso al trabajo de muchos desempleados.
La mitad de los estados del país han reducido o incluso eliminado los subsidios excepcionales por desempleo que se han otorgado durante la pandemia, sin esperar a que expiren el 6 de septiembre, con el argumento de que estas ayudas incitan a los desempleados a quedarse en casa en lugar de buscar un trabajo.
"En la actualidad, es difícil distinguir los efectos sobre la oferta laboral de las responsabilidades de cuidado [de los niños en particular] impuestas por la pandemia, de los temores de contraer el virus y de la extensión de las prestaciones por desempleo", consideró días atrás Lael Brainard, integrante del comité de política monetaria de la Fed.
El retorno a la normalidad escolar podría verse socavado por un recrudecimiento de la epidemia de coronavirus a causa de la variante delta.
Las autoridades podrían adoptar nuevas medidas de restricción de movilidad.
Si el retorno a clases presenciales después del verano boreal no se produce y los niños deben retomar cursos virtuales, eso dificultaría el retorno al trabajo de muchos padres, principalmente de mujeres con hijos.
Algunos trabajadores no pueden aceptar empleos, observa Walter Simmons, presidente de Employ Prince George's, una organización sin fines de lucro instalada en un suburbio poblado sobre todo por negros e hispanos en la capital federal.
Los transportes colectivos no retomaron sus horarios y frecuencias habituales. Las guarderías tienen capacidad reducida de acogida, un problema para que los padres puedan ir a trabajar.
Y cuando varias generaciones viven bajo el mismo techo, el temor de contraer el virus en el trabajo y contagiar a seres queridos es grande, en especial con la propagación de la variante delta, muy contagiosa, añade Simmons.
"Son tres áreas en las que nadie tiene realmente respuesta. Simplemente dicen 'vuelvan a trabajar'", lamentó en una entrevista con la AFP.
A lo largo del mes de julio la tasa de desempleo tuvo una evolución irregular, y a inicios de mes 13,2 millones de personas aún recibían subsidios por desempleo, según los últimos datos oficiales disponibles.
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