Ya sea que se ame o se odie la idea de las criptomonedas, lo cierto es que cada día son más comunes.
Las criptomonedas se han disparado tanto que su valor total ha alcanzado casi 2,5 billones de dólares, rivalizando con la empresa más valiosa del mundo, Apple, y han amasado más de 200 millones de usuarios. Con ese tamaño, es simplemente demasiado grande para que el establishment financiero lo pase por alto.
Las empresas que atienden a las familias más ricas del mundo están poniendo cada vez más de sus fortunas en las criptomonedas. Los fondos especulativos de alto riesgo ya están negociando con bitcoin, que tiene bancos de renombre que comienzan a ofrecerles servicios relacionados.
La app de PayPal ya permite que los usuarios compren criptomonedas, mientras que Twitter ayuda a que sus usuarios demuestren aprecio por los tuits dando propinas a sus creadores… con bitcoin.
Y en el hito más reciente para la industria, un fondo fácil de negociar vinculado con bitcoin comenzó a cotizar el martes en bolsa. Los inversionistas pueden participar en el ETF que cotiza en bolsa mediante la firma ProShares, a través de una cuenta de corretaje de la vieja escuela, sin tener que aprender términos sofisticados.
“La única cosa que se puede decir con certeza es que la llegada de la era del ETF de bitcoin abre la oportunidad de que Wall Street gane dinero con el bitcoin de una manera que no había podido antes”, afirmó Ben Johnson, director de investigación global de ETF en Morningstar. “Los ganadores en todo esto son las bolsas y los administradores de activos y los custodios. Si los inversionistas salen ganando o no es un gran signo de interrogación”, admitió.
Los críticos, por su parte, se preguntan si las criptomonedas no son más que una moda pasajera, dicen que consumen demasiada energía y señalan todo el duro escrutinio normativo que pesa sobre ellas.
El mes pasado, China declaró ilegales las transacciones con bitcoins, por ejemplo. El presidente de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC por sus siglas en inglés), Gary Gensler, dijo en agosto que el mundo de las criptomonedas no tiene suficiente protección para los inversionistas y que “se parece más al Salvaje Oeste”.