Liderados por un estelar Mookie Betts, los Dodgers de Los Ángeles batieron este martes a los Rays de Tampa Bay por 3x1 y se proclamaron campeones de la Serie Mundial de béisbol por primera vez en 32 años.
La victoria en la sede neutral de Arlington (Texas), que colocó el 4-2 global en la serie, se gestó en una vibrante sexta entrada a la que los Rays llegaban con ventaja 1-0 gracias a un nuevo jonrón de su novato cubano Randy Arozarena.
Los Dodgers, aprovechando que el lanzador Blake Snell, ganador del Cy Young en el 2018, fue sustituido, anotaron por mediación de Austin Barnes y de Mookie Betts, quien logró después otro jonrón que le otorgaba a la franquicia angelina el séptimo título de Serie Mundial de su historia.
Los Dodgers ratificaron la afirmación de que el equipo que llegaba a la Serie Mundial con ventaja de 3-2 en el Clásico de Otoño había ganado en 44 de 67 veces anteriores, para un 65.7%.
Este fue la primera Serie Mundial que se llevada a cabo en una sede fija y neutral, que tuvo como escenario el nuevo estadio de los Rangers de Texas, el Globe Life Field, ante poco más de 11.000 espectadores, limitados por la pandemia del coronarivus.
Junto a Betts, que impuso de nuevo su poder con el bate y velocidad, los grandes triunfadores del partido fueron los lanzadores zurdos mexicanos, Víctor González, que se quedó con la victoria como relevista y Julio Urías con el rescate.
González (1-0), que fue el quinto de los siete lanzadores que utilizaron los Dodgers, trabajó una entrada y un terció para sacar el tercer "out" del quinto episodio y los tres del sexto con una labor perfecta de tres ponches tras realizar 18 lanzamientos y 12 fueron a la zona del "strike".
Urías se encargó de sacar los últimos siete "outs" del partido con otra labor magistral desde el montículo del Globe Life Field, de Arlington (Texas), sede burbuja neutral de la Serie Mundial, y se quedó con el rescate.
Urías abanicó a cuatro bateadores rivales de los Rays después de realizar 27 lanzamientos y 19 fueron "strikes".
La derrota se la quedó el también relevista Nick Anderson, que permitió la carrera de la ventaja de los Dodgers, la segunda que anotaron en la parta baja de la sexta entrada.
Anderson le había quitado la pelota al abridor estelar, el zurdo Blake Snell, que lanzó cinco entradas en blanco, pero en la sexta dejó al receptor de los Dodgers, Austin Barnes en circulación y con el lanzamiento salvaje del relevista de los Rays llegó la anotación del empate y el comienzo del fin para los Rays.
El jardinero izquierdo, el novato cubano Randy Arozarena, con su décimo cuadrangular de los playoffs/Serie Mundial, nueva marca en la historia del Clásico de Otoño, un bambinazo solitario en la primera entrada contra el abridor de los Dodgers, Tony Gonsolin, le había dado la ventaja a los Rays (0-1).
Pero no fue suficiente para evitar la derrota y la eliminación de la 116 edición de la Serie Mundial, en la que buscaban su primer título de campeones de las Grandes Ligas después de haber debutado en el Clásico de Otoño, en la del 2008 que también perdieron frente a los Filis de Filadelfia