El Tribunal Supremo del Estado de Nueva York desestimó este lunes una regulación que limitaba las actividades de los conductores de vehículos de alquiler con conductor (VTC) de Uber y Lyft.
El juez Lyle Frank describió la medida impuesta por la ciudad de Nueva York, que restringía la cantidad de tiempo que los chóferes podían conducir sin un pasajero por las zonas más transitadas de Manhattan, como "arbitraria y caprichosa", indicaron medios especializados.
La decisión, que favorece a Uber y a su competidora Lyft, llega cuatro meses después de que la Comisión de Taxis y Limusinas de Nueva York aprobara la regla con el objetivo de reducir el tráfico del congestionado Manhattan, donde se estima que este tipo de vehículos suponen una tercera parte de los vehiculos que circulan en hora punta.
Aunque el fallo supone una importante victoria de estas compañías en el mayor mercado de EE.UU., no afecta a otras duras medidas impuestas por la ciudad de Nueva York, como el límite de 85.000 licencias o el salario mínimo para sus conductores.
Comisión de Taxis y Limusinas de Nueva York se negó a comentar la decisión de Frank, mientras que Uber, que presentó una demanda contra Nueva York en septiembre, mostró su satisfacción.
"Uber sigue comprometido en la lucha por la flexibilidad del conductor de cara a las regulaciones políticamente motivadas, y apoyamos medidas que de hecho combaten la congestión", dijo la compañía en un comunicado.
Lyft, que presentó una demanda independientemente de Uber pero que también se ve afectada por la sentencia de Frank, apuntó que la decisión supone una reafirmación de que Nueva York impuso malas políticas, a la vez que se mostró dispuesto a trabajar con los líderes del estado y la ciudad para "alcanzar una solución verdadera".
El límite sobre Uber y Lyft, que debía comenzar en febrero de 2020, restringía la cantidad de tiempo que un conductor podía esperar o circular sin un pasajero al sur de la calle 96 de Manhattan.
Durante el 2018, era un 41 por ciento del total, mientras que bajo la nueva norma que quiso imponer Nueva York descendía al 36 por ciento para febrero de 2020 y al 31 por ciento seis meses más tarde.