El presidente estadounidense, Donald Trump, defendió este viernes el trabajo de su hija mayor y asesora, Ivanka Trump, cuya participación activa en los debates de líderes del G20 generó algunas críticas, pero negó que esté tratando de "prepararla" para que ella también compita por la Presidencia de EU.
"Creo que Ivanka fue maravillosa en el G20. Los líderes extranjeros la amaron. Piensan que ella es genial, es muy lista y ha hecho un gran trabajo", aseguró Trump en declaraciones a los periodistas en la Casa Blanca, antes de despegar hacia Bedminster (Nueva Jersey) para pasar el fin de semana.
Las críticas a la hija y asesora de Trump se multiplicaron en EU. después de que la oficina del presidente francés, Emmanuel Macron, publicara un breve vídeo en Instagram relacionado con la cumbre del G20 que reunió la semana pasada a los líderes de las 20 economías más desarrolladas y emergentes en Osaka (Japón).
En el vídeo, Ivanka Trump participaba en una conversación entre Macron, la primera ministra saliente del Reino Unido, Theresa May; el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau; y la entonces directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde.
La charla parecía centrada en el empoderamiento económico de las mujeres, y la asesora de Trump no dudó en interrumpir a May para asegurar que las desigualdades también se dan en el sector de la defensa, algo que aparentemente desconcertó a Lagarde.
El desarrollo económico femenino a nivel internacional es una de las prioridades de Ivanka en la Casa Blanca, y ella fue -junto a la reina Máxima de Holanda- una de las dos únicas mujeres que hablaron en un acto sobre el tema organizado durante el G20 por el anfitrión de la cita, el primer ministro nipón Shinzo Abe.
Los intentos de la hija de Trump de insertarse en la diplomacia internacional culminaron en la última parada del viaje de su padre, el pasado domingo en la frontera intercoreana, cuando Ivanka fue una de los asistentes a la tercera reunión entre el mandatario estadounidense y el líder norcoreano, Kim Jong-un.
Aunque carece de credenciales diplomáticas y no ha superado el visto bueno del Congreso estadounidense para ejercer esas labores, Ivanka Trump ha aspirado a ocupar un hueco en el escenario internacional desde que su padre llegó al poder hace dos años y medio.
La empresaria de 37 años generó controversia a mediados de 2017, durante la cumbre del G20 en Hamburgo (Alemania), cuando sustituyó en dos ocasiones a su padre en la mesa durante las sesiones de esa cita.
Trump insistió hoy en que su hija, que antes trabajaba en la Organización Trump en Nueva York y tenía su propia firma de ropa, "ha sacrificado mucho" para trabajar en la Casa Blanca, igual que su esposo, el también asesor del mandatario Jared Kushner.
"Ivanka ha trabajado para (conseguir la creación de) casi 10 millones de trabajos, formación y para que las empresas puedan contratar a gente, y a los líderes extranjeros realmente les gusta mucho ella", subrayó.
Pero al ser preguntado sobre un posible paso más en la carrera política de su hija, Trump fue tajante: "No la estoy preparando para que ocupe un cargo público", recalcó.