El presidente está pasando su primer día completo de regreso en la Casa Blanca reuniéndose con líderes del Congreso, realizando anuncios sobre infraestructura y haciendo gala de una de sus expresiones favoritas de poder: despedir gente.

El nuevo presidente publicó en su red social Truth la mañana del martes que despediría a más de 1,000 cargos presidenciales “que no están alineados con nuestra visión”, incluyendo algunos nombres de alto perfil.

Trump despidió al chef y activista humanitario José Andrés del Consejo Presidencial de Deportes, Fitness y Nutrición, al general retirado Mark Milley del Consejo Asesor Nacional de Infraestructura, al exfuncionario del Departamento de Estado Brian Hook de la junta del Wilson Center y a la exalcaldesa de Atlanta Keisha Lance Bottoms del Consejo Presidencial de Exportación.

”¡Estás despedido!”, escribió Trump en la publicación, evocando su eslogan de su reality show, "The Apprentice".

El expresidente Joe Biden también eliminó a muchos nombramientos de Trump en sus primeros días en el cargo, incluido el exsecretario de prensa Sean Spicer del consejo que supervisa la Academia Naval de Estados Unidos.

Trump tenía previsto seguir avanzando en su avalancha de anuncios del día de la investidura, con promesas de la Casa Blanca de un “anuncio masivo” sobre infraestructura. La secretaria de prensa de Trump, Karoline Leavitt, se negó a detallar el anuncio por adelantado, pero dijo en una entrevista en Fox News que enviaría un mensaje al mundo.

“No querrán perdérselo”, dijo Leavitt.

La “semana de la infraestructura” se convirtió en un chiste durante el primer gobierno de Trump, ya que los funcionarios de la Casa Blanca prometieron repetidamente, durante años, centrarse en proyectos importantes de obras públicas, solo para que el propio Trump rápidamente cambiara el énfasis en otra dirección mientras la legislación importante sobre infraestructura nunca se materializaba.

La tónica fue tal que Biden bromeó sobre el hecho de que su predecesor no pudiera dedicar ni siquiera una semana a la infraestructura, mientras que su gobierno supervisaba la aprobación de miles de millones de dólares para puentes, túneles, carreteras y otros proyectos para los siguientes 10 años.

“No construyó nada”, decía frecuentemente Biden sobre Trump, agregando que su propio gobierno entregó la “década de infraestructura”.

Trump quiere prohibir que las empresas chinas posean infraestructura vital en Estados Unidos en sectores como energía, tecnología y agricultura, y dice que obligará a los propietarios chinos a vender cualquier participación “que ponga en peligro la seguridad nacional de Estados Unidos”.

Trump también asistió a una oración nacional el martes por la mañana en la Catedral Nacional de Washington, una visita habitual para los nuevos presidentes y que concluirá sus cuatro días de eventos relacionados con la investidura.

Una de las oradoras en el servicio interreligioso, la reverenda Mariann Budde, la obispa episcopal de Washington, usó su sermón para enviar un mensaje a Trump, instándolo a tener compasión por las personas LGBTQ+ y los trabajadores migrantes indocumentados.

“Has sentido la mano providencial de un Dios amoroso. En nombre de nuestro Dios, te pido que tengas misericordia de las personas en nuestro país que ahora tienen miedo”, dijo Budde, quien ha criticado a Trump anteriormente.

Cuando un reportero le preguntó qué pensaba de la misa, Trump dijo: “No fue muy emocionante, ¿verdad? Creo que fue una buena misa. Podrían hacerla mucho mejor”.


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