Después de un breve paréntesis en la mañana, el volcán Cumbre Vieja volvió a escupir ceniza este lunes sobre la isla española de La Palma, donde varios barrios fueron confinados para proteger a los vecinos de la posible llegada al mar de la lava tras ocho días de erupción.
En la mañana del lunes, el volcán había reducido "notablemente" su actividad, según los expertos, pero la tregua duró poco.
Pasado el mediodía local, el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) publicó dos fotografías de la enorme columna negra que se eleva sobre el cráter, y describió: "Imágenes de las emisiones de ceniza que se están observando en las últimas horas".
El centro confirmó también a la AFP que el Cumbre Vieja está expulsando ceniza de nuevo.
Más temprano, el volcán había dejado de escupir lava y cenizas durante unas horas, despejando el cielo de esta isla atlántica de 85.000 habitantes.
El volcán conjuga "pulsos de explosiones y pausas" desde hace un tiempo, explicó a la AFP David Calvo, portavoz de Involcan.
A pesar de la retomada de las emisiones, su actividad "ha disminuido con respecto a días anteriores", puntualizó.
En la misma línea se había expresado horas antes el Instituto de Geociencias de Madrid, que publicó un mensaje en Twitter afirmando que "la actividad se ha reducido notablemente en las últimas horas en La Palma", junto a un gráfico que mostraba esa disminución.
"Hay que estar muy vigilantes de su evolución porque el escenario puede cambiar rápidamente", alertó sin embargo.
En la noche, las autoridades habían ordenado confinar a los habitantes de varios barrios del municipio de Tazacorte para protegerles de la posible llegada al mar de la lava del volcán de esta isla en el archipiélago de Canarias, situado frente a la costa del norte de África.
Previsto inicialmente para el comienzo de la semana pasada --y atrasado después por la ralentización de las coladas--, los expertos temen los efectos del encuentro del magma ardiente con el agua, que podría generar un choque térmico que derivara en la formación de columnas de vapor de agua cargadas de ácido clorhídrico.
Las coladas se encuentran ahora a una distancia de entre 800 metros y 1.000 metros de la costa en línea recta, según las autoridades.
En el aeropuerto de La Palma, que llegó a cerrarse el sábado, la compañía Binter pretendía retomar sus operaciones el lunes, pero finalmente tuvo que desistir.
"Paralizamos de nuevo la operativa con La Palma tras intentar realizar un primer vuelo hoy y constatar que no se cumplen las condiciones necesarias de seguridad", afirmó la compañía en Twitter, donde adelantó que volverán a intentarlo el martes "si las autoridades confirman que se dan condiciones favorables".
La erupción del Cumbre Vieja no ha dejado víctimas por el momento, pero ha provocado graves daños materiales y forzado a la evacuación de más de 6.000 personas.
Las ardientes coladas de magma gris y naranja han engullido más de 500 construcciones y la lava cubre ya más de 237 hectáreas, entre ellas numerosas plantaciones de plátanos, de acuerdo a los datos del sistema europeo de medición geoespacial Copernicus.
Las dos erupciones precedentes en La Palma tuvieron lugar en 1949 y 1971, provocando la muerte de tres personas en total, dos de ellas por inhalación de gases.