A los Juegos Olímpicos de Tokio y a Japón les hacían falta ilusión y aire fresco. Ambas cosas las ha traído el skate, un deporte que en su estreno olímpico ha dejado por ahora dos oros para los anfitriones y el podio más joven nunca visto.

En sus dos primeros días de competición, esta nueva modalidad ha dejado espectáculo, alegrías para un país que hasta ahora vivía atemorizado por el virus y sorpresas como las protagonizadas por dos de las medallistas olímpicas más jóvenes de la historia, la nipona Momiji Nishiya y la brasileña Rayssa Leal, ambas de 13 años.

La exhibición de estas dos adolescentes llega después de que en la víspera el también nipón Yuto Horigome lograra el primer oro olímpico del skate en unos Juegos e hiciera a sus compatriotas celebrar un triunfo en un deporte hasta ahora denostado, tras superar al icono estadounidense Nyjah Huston, entre otros rivales.

PRECISIÓN VS RIESGO

Nishiya se coronó como lo hizo su compatriota en la víspera, sin grandes alardes pero ejecutando a la perfección cada uno de sus saltos, giros en el aire y deslizamientos sobre el pasamanos del Parque de Deportes Urbanos de Ariake, una pista que simula un escenario callejero.

Hacer que lo increíblemente complejo parezca fácil. Esa es la virtud de los dos oros nipones, que no arriesgaron tanto en sus maniobras como Funa Nakayama (bronce en la final de este lunes, y de 16 años) o como Leal, quienes podría haber acabado más alto en el podio de no ser por sus caídas in extremis.

Leal deslumbró con la ligereza de sus "grinds" de espaldas sobre el raíl y la suavidad de sus aterrizajes, y Nakayama cuajó un impecable "backside tailside" que le dio la máxima puntuación en un truco en la final, un 5.

Pero se impuso Nishiya gracias a la consistencia de sus trucos y de su primera carrera, en la que cada patinador tiene un recorrido libre de 45 segundos.

DERRIBANDO PREJUCIOS

La brasileña no sólo destacó por su descaro en la pista, sino también por la alegría desbordante y la madurez con la que habló en rueda de prensa sentada junto a sus dos rivales, a quienes los periodistas sólo lograron arrancar monosílabos o varios "no lo sé".

"Nunca escuché a los que decían que el skate es sólo para chicos, o que no se puede estudiar y hacer skate", dijo la joven prodigio tras recibir la medalla.

"Yo creo que todos los deportes son válidos para chicos y chicas, no hay barreras en los deportes. No creo en las ideas preconcebidas de ese tipo", dijo Leal.

Nakayama, algo menos tímida que la vencedora nipona, sólo se explayó para decir que "ojalá hubiera más parques de skate en Japón", un país donde la práctica de este deporte está prohibida en calles y espacios públicos y solo se permite en circuitos cerrados y generalmente de pago.

NUEVOS HÉROES OLÍMPICOS

Tanto Horigome como Nishiya han pasado en cuestión de horas de ser prácticamente unos desconocidos en su país, pese a que llegaban a Tokio en posiciones privilegiadas en la clasificación World Skate, a acaparar portadas de medios nacionales y espacios de televisión.

El skate se convirtió desde su debut en la víspera en "trending topic" en Japón, además del deporte más comentado en las redes sociales en lo que va de Juegos, según datos del Comité Olímpico Internacional.

A ello contribuyó la presencia de figuras como Huston, un referente dentro y fuera de las pistas que cuenta con millones de seguidores en las redes sociales, además de patrocinios multimillonarios y sus propias firmas de moda.

Huston, quien defraudó en la final masculina al quedarse fuera del podio, se encontraba este lunes en las grades de Ariake animando a las competidoras y acompañado de su amigo y rival Horigome, a quien dio un abrazo cuando ganó el oro.

El californiano pidió disculpas a sus seguidores por su decepcionante penúltimo puesto en la final y admitió que "siempre ha batallado mentalmente" para "lidiar la presión y las expectativas", en un mensaje colgado en su perfil de Instagram.

Al igual que han hecho otros jóvenes atletas recientemente, como la tenista nipona Naomi Osaka, Huston destacó la importancia de cuidar de su "salud mental" y de trabajar por mejorar en ese aspecto.

"A la hora de la verdad, no patino para ser el mejor, por ser famoso, por el dinero o para ser olímpico. Patino porque me encanta (...) y porque es lo más divertido en este planeta", señaló.

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