El actual sistema de ayuda a la Franja de Gaza a través del paso fronterizo de Rafah está "condenado al fracaso", advirtió el lunes el director de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), quien denunció el "castigo colectivo" impuesto por Israel a la población gazatí.
"Seamos claros: el puñado de convoyes autorizados a través de Rafah no es nada comparado con las necesidades de más de 2 millones de personas atrapadas en Gaza", dijo Philippe Lazzarini, al tiempo que pidió ayuda a los miembros del Consejo de Seguridad y exigió un "alto el fuego humanitario inmediato".
Recordó, asimismo, que debe haber, por parte de Israel, sin mencionarlo, un "estricto respeto del derecho internacional".
"No es una opción, es una obligación", dijo Lazzarini ante el Consejo de Seguridad, que ha sido incapaz de adoptar alguna de las cuatro resoluciones votadas en menos de dos semanas para condenar el conflicto y exigir un alto el fuego humanitario (la última, por el veto estadounidense).
Ante la división del Consejo, la Asamblea General aprobó el viernes una resolución, no vinculante, pidiendo una "tregua humanitaria inmediata", que también fue rechazada por Estados Unidos e Israel, entre otros, porque no mencionaba a Hamás.
El canciller brasileño, Mauro Vieira, en calidad de presidente del Consejo, arremetió contra las "rivalidades estériles", entre algunos miembros de esa instancia, cuya "incapacidad de cumplir con su responsabilidad de salvaguardar la paz y la seguridad internacionales debido a viejos antagonismos es moralmente inaceptable".
Mientras la comunidad internacional discute en la ONU, en Gaza "no hay lugar seguro", recordó Lazzarini, que ha perdido a 64 colegas en tres semanas, -el último, Samir, falleció este lunes junto a su esposa y ocho hijos-. El mayor número de trabajadores de la ONU muertos en tan poco tiempo, recordó.
De los 1,4 millones de desplazados en este pequeño territorio de poco más de 2 millones, más de 670.000 están refugiados en centros de la UNWRA, viviendo en condiciones "atroces e insalubres", con alimentos y agua limitados, durmiendo en el suelo sin colchonetas o al aire libre. Están siendo "deshumanizados", dijo.
"Mis colegas de UNWRA son el único rayo de esperanza para toda la Franja de Gaza, un rayo de luz mientras la humanidad se hunde en su hora más oscura", advirtió, antes de pedir "un flujo de ayuda humanitaria seguro, continuo y sin trabas, incluido el combustible", que Israel no permite para que no termine en manos de Hamás.
"Los horribles atentados perpetrados por Hamás en Israel el 7 de octubre fueron estremecedores. Los incesantes bombardeos de las fuerzas israelíes sobre la Franja de Gaza son estremecedores", dijo Lazzarini. Pero las "atrocidades no absuelven al estado de Israel de sus obligaciones bajo el derecho internacional", advirtió.
El 70% de los muertos en la Franja en las últimas semanas son menores y mujeres, recordó.
"No pueden ser un daño colateral", dijo Lazzarini.
Su colega, la jefa de Unicef, Catherine Russell, dijo que "el verdadero coste de la última escalada se medirá en vidas de niños", antes de "implorar" al Consejo de Seguridad a que adopte "inmediatamente una resolución que recuerde a las partes sus obligaciones en virtud del derecho internacional, que exija un alto el fuego, el acceso humanitario seguro y sin obstáculos, y la liberación inmediata y segura de todos los niños secuestrados".
A las víctimas de Gaza, se suman otros 115 palestinos, entre ellos 33 niños, que han sido asesinados en Cisjordania y Jerusalén Este desde el 7 de octubre, recordó Lazzarini.
"Suenan tambores de guerra" en la región, advirtió la embajadora de Emiratos Árabes Unidos, Lana Nusseibeh. "Ignorar lo que puede ocurrir día tras día tendrá consecuencias devastadoras no sólo para israelíes y palestinos, sino para las perspectivas de paz y estabilidad en nuestra región", advirtió.
"Colegas, tomarse en serio estas advertencias empieza por detener esta guerra en Gaza", recomendó.