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El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, afirmó este lunes que analiza la ayuda de equipos de rescate internacionales, si es necesario para sacar a los 10 trabajadores atrapados en la mina de Sabina, en el norteño estado de Coahuila.
“No se descarta (la ayuda de rescatistas internacionales) todo lo que se tenga que hacer para sacar a los mineros. Y la familia tiene razón, ellos quieren a sus familiares”, comentó en su conferencia matutina diaria.
Familiares de los mineros atrapados en la mina El Pinabete, que colapsó tras una inundación el pasado 3 de agosto, pidieron este sábado la ayuda de equipos de rescate internacionales, pues denunciaron que hay lentitud por parte de las autoridades mexicanas.
De acuerdo con la coordinadora nacional de Protección Civil en México, Laura Velázquez, el Gobierno mexicano adopta un nuevo plan para salvar a los 10 mineros atrapados en Pinabete, tras una inundación de la contigua mina abandonada que complicó el rescate programado para el pasado fin de semana.
Velázquez explicó que los rescatistas se disponían a entrar por los cuerpos de los mineros atrapados en el poblado de Agujita, después de reducir los niveles de agua en su interior, pero ocurrió una nueva inundación que complicó las labores de rescate.
“Y en eso estamos y si se considera que es necesario, se ve (lo de pedir ayuda internacional) y se traen rescatistas de cualquier lugar del mundo”, comentó López Obrador.
Dijo que los trámites para solicitar la ayuda internacional de equipos de rescate no serían difíciles.
“Afortunadamente tenemos buenas relaciones con los gobiernos del mundo y podemos hacer esos trámites", argumentó.
López Obrador matizó que antes de pedir la ayuda se tiene “que ver si hace falta”, “si la estrategia que se está siguiendo va a funcionar”.
El nuevo plan, según describió la coordinadora nacional de Protección Civil, contempla continuar con el bombeo de agua permanente, identificar zonas con oquedades o espacios vacíos, perforar 20 barrenos de 6 pulgadas a una profundidad de 60 metros en la mina abandonada de Conchas Norte, e inyectar cemento para crear una barrera que impida el paso de agua entre las minas.
El derrumbe ha reactivado la polémica en México por la actuación de las mineras en la región carbonífera, donde se han registrado más de 100 muertes de personas dedicadas a la minería, de acuerdo con la Familia Pasta de Conchos, que agrupa a familiares de fallecidos en el derrumbe de 2006 en la mina de ese nombre.