Un excursionista fue rescatado cinco horas después de haber caído desde un acantilado de más de 100 pies de altura (30 metros) en Hell Canyon, cerca de Ensign Peak, en Salt Lake City, Utah.
El hombre de 29 años se encontraba caminando a las orillas de Hell Canyon cuando resbaló y cayó sobre un borde del acantilado.
Un grupo de visitantes que se encontraba en el lugar escuchó los gritos de ayuda del hombre que llevaba casi cinco horas esperando a ser rescatado. De inmediato se pusieron en contacto con el cuerpo de rescate de Hell Canyon.
Cuando llegó el personal del Departamento de Bomberos de Salt Lake City, el hombre fue encontrado con sustanciosas lesiones en gran parte de su cuerpo tras el impacto de la caída. Su cadera, la pelvis y varios huesos de las piernas estaban rotos.
Según los informes del Departamento de Bomberos, el hombre se encontraba ejercitándose desde las 4:30 am en la zona cuando se acercó demasiado a la orilla y se resquebrajó el pedazo de tierra, cayó sobre una piedra a mitad del acantilado, tras el incidente, perdió su teléfono celular, por lo que le resultó imposible llamar a emergencias.
Alertó a las personas que se encontraban de visita en el lugar con gritos y utilizó una lámpara para atraer la atención en la ubicación exacta en la que se encontraba tirado.
En redes sociales, las autoridades compartieron un video del rescate, en el que se mostró al equipo de bomberos descendiendo por el acantilado y acomodando a la víctima en una camilla.
“Esta mañana SLC Fire’s Heavy Rescue Team rescató a un joven de 29 años realizando senderismo en el área donde cayó más de 100 pies de altura. Presentó varias lesiones en la pelvis, cadera y piernas. Después de perder su teléfono celular, estuvo en el lugar por más de cinco horas antes del reporte al 911”.
Hasta las últimas actualizaciones, el hombre se encontraba internado en un hospital local esperando atención especializada para tratar los múltiples huesos rotos.
Este incidente se suma a los registrados en otros parques nacionales en donde los visitantes han caído desde grandes alturas por su cercanía a peligrosos acantilados y tierra frágil que los han conducido a accidentes graves y la muerte.
Hace unos días se registró la muerte de un hombre en el Parque Nacional del Gran Cañón que también cayó desde 80 pies de altura.
En verano, otra mujer proveniente de California, murió después de sufrir síntomas relacionados con un golpe de calor mientras recorría los senderos de Gran Cañón hacia Phantom Ranch. Cuando se reportó su fallecimiento, la temperatura alcanzaba los 45º C.
En octubre se informó de otra muerte de un excursionista de Washington que cayó de un acantilado de 30 metros de altura cuando exploraba la zona de ruinas antiguas del cañón junto a otros dos acompañantes.
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