El gobierno británico anunció el jueves que dejará de emitir de inmediato las conocidas como "visas de oro" destinadas a ricos inversores, en un momento en que Londres endurece su postura hacia la entrada de dinero ruso en plena crisis ucraniana.
El objetivo de esta medida es hacer frente a las "finanzas ilícitas", afirmó en un tuit la ministra de Relaciones Exteriores, Liz Truss. "Este tipo de actividad nefasta, incluida la que estamos viendo por parte de Rusia en este momento, no tiene cabida en el Reino Unido", añadió.
Creadas en 2008, estas visas están reservadas a los inversores con al menos 2 millones de libras (2,7 millones de dólares, 2,4 millones de euros) que deseen establecerse en el Reino Unido.
Sin embargo, algunos casos han suscitado "preocupación" en término de seguridad, especialmente en lo que concierne a "personas que han amasado su riqueza de forma ilegal" y vinculadas a la corrupción, precisó el ministerio del Interior en un comunicado.
En este contexto, la ministra británica de Interior, Priti Patel, afirmó que quiere "garantizar que los británicos tengan confianza en el sistema, entre otras cosas deteniendo a las élites corruptas que amenazan nuestra seguridad nacional y traen dinero sucio a nuestras ciudades".
El fin de las "visas de oro" se aplicará a todas las nacionalidades, pero las miradas se centran ahora en Rusia.
El gobierno de Boris Johnson ha sido acusado de complacencia con la afluencia de dinero ruso de origen dudoso, especialmente en algunas de las zonas más lujosas de la capital británica, que se han ganado el apodo de "Londongrad".
Preguntado el jueves, el primer ministro destacó las "duras" leyes vigentes contra el blanqueo de dinero, antes de hablar de las sanciones económicas reforzadas que Londres tiene preparadas en caso de una invasión rusa de Ucrania.
A finales de enero, el presidente de la comisión de asuntos exteriores del parlamento británico, Tom Tugendhat, atribuyó al Reino Unido responsabilidad en la actual crisis por el papel de Londres en el blanqueo de dinero a nivel mundial.
La comisión lleva años advirtiendo de que la inacción del ejecutivo frente al dinero sucio blanqueado mediante los circuitos financieros en el Reino Unido, pero también en activos como propiedades inmobiliarias de lujo, ha envalentonado al presidente ruso Vladimir Putin.
El 1 de febrero este organismo anunció el inicio de una investigación sobre el "dinero sucio" que entra en el país y sus territorios de ultramar.
La oenegé Transparencia Internacional estima en 1,500 millones de libras (2.000 millones de dólares, 1.800 millones de euros) el valor de las propiedades en el Reino Unido de ciudadanos rusos acusados de corrupción o vinculados con el Kremlin.
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