El primer ministro británico, Boris Johnson, advirtió este martes de que el Reino Unido está en un momento "peligroso" de la pandemia, durante una intervención para informar de nuevas medidas restrictivas para contener la COVID-19.
En una declaración en la Cámara de los Comunes, Johnson informó de que será obligatorio el uso de mascarillas en bares, restaurantes y tiendas minoristas, mientras que se reforzarán las multas para quienes no cumplan con las medidas de seguridad.
El político conservador, que esta noche -a las 19.00 GMT- pronunciará un discurso al país, resaltó el objetivo del Gobierno de mantener un "equilibrio" entre la necesidad de salvar vidas y reducir el impacto económico de las medidas, que se mantendrán en principio durante unos seis meses.
Johnson, que dijo quiere evitar otro confinamiento total, reiteró varias medidas ya adelantadas anoche por el Ejecutivo, como el cierre de "pubs", bares y restaurantes desde este jueves a partir de las 10 de la noche (21.00 GMT), como manera de disminuir los contactos sociales, principal origen de los contagios.
También pidió a los británicos que teletrabajen, pero que pueden acudir a sus puestos si resulta imprescindible.
Estas disposiciones corresponden a Inglaterra -en su mayoría obligatorias a partir de la próxima semana- dado que las otras naciones -Escocia, Gales e Irlanda del Norte- tomarán las suyas.
Los lugares de trabajo en Inglaterra estarán obligados por ley a cumplir con las medidas anti-COVID de higiene y seguridad, en tanto que se suprimirá el plan original de suavizar la prohibición sobre la asistencia de público a eventos deportivos.
A partir del próximo lunes -día 28-, solo 15 personas podrán acudir a una boda, indicó Johnson, que ha celebrado este martes una reunión del comité de emergencia, formado por los principales ministros y en la que también participaron los responsables de las otras autonomías.
Como nueva medida, el Gobierno impondrá una multa de 200 libras (216 euros) a quienes no lleven mascarillas donde sea requerido.
Estas disposiciones, añadió el primer ministro, tienen como objetivo reducir la R o número reproductivo de la enfermedad -que indica cuánta gente puede contagiar una persona infectada-, que actualmente está en todo el Reino Unido entre 1,1 y 1,4.
Ante el avance de los contagios, el Gobierno ha elevado el grado de alerta desde el tercer nivel hasta el cuarto, en una escala de cinco, lo que refleja un "alto riesgo de transmisión" y la necesidad de medidas de "distancia social".
Las nuevas medidas llegan después de que los asesores científicos del Gobierno hayan alertado de que el Reino Unido puede alcanzar 50.000 contagios diarios de COVID-19 a mediados de octubre si no se dan pasos concretos para frenar las infecciones.