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La policía británica ha revelado que investiga a un hombre de 43 años que cumple condena en una prisión de Alemania como sospechoso de la desaparición en 2007 en Portugal de la niña inglesa Madeleine McCann.
El sospechoso, cuya identidad no se ha divulgado, es un varón blanco que pasó temporadas en el Algarve portugués entre 1995 y 2007, y estaba "conectado con el área" de Praia da Luz, donde la menor desapareció, cuando tenía casi cuatro años, mientras dormía junto a su hermanos gemelos en un apartamento turístico.
El individuo, en prisión por motivos no relacionados con este caso, tenía hace trece años el cabello corto y rubio, era de complexión delgada y medía en torno a 1,82 metros, señaló la policía británica en un comunicado.
El equipo de Scotland Yard que dirige la llamada Operación Grange, que trata de hallar pistas de la niña desde 2011, ha colaborado con las autoridades alemanas para dar con la pista de ese sospechoso y ha identificado dos vehículos que el hombre pudo utilizar en torno al momento de la desaparición.
Uno de esos vehículos es una furgoneta de camping Volkswagen T3 de principios de los años 1980, de colores blanco y amarillo y con matrícula portuguesa, al que la policía cree que el hombre "tuvo acceso" al menos desde abril de 2007 hasta después de mayo de 2007.
El sospechoso vivió en esa caravana durante días, quizás durante semanas, y se cree que la pudo usar el 3 de mayo de 2007, el día de la desaparición de la niña.
La policía británica ha hecho un llamamiento a posibles testigos que vieran ese vehículo en esa zona del Algarve aquella noche de mayo, o bien en los días previos o las semanas posteriores.
El segundo es un Jaguar modelo XJR 6 de 1993, con matricula alemana, que se cree que circuló por Praia da Luz y zonas cercanas entre 2006 y 2007, registrado originalmente a nombre del sospechoso.
El 4 de mayo de 2007, un día después de la desaparición de Madeleine, el vehículo fue registrado bajo otro nombre en Alemania.
Los investigadores subrayan que para cambiar el registro de un vehículo no hace falta que el automóvil se encuentre físicamente en el país y creen que se encontraba todavía en Portugal en aquel momento.
La policía pide también la colaboración ciudadana para obtener información sobre dos números de teléfono móvil, ambos con prefijo de Portugal.
Scotland Yard cree que el sospechoso utilizó el número "+351 912 730 680" y recibió una llamada desde las 19:32 horas hasta las 20:02 horas del 3 de mayo de 2007 en el área de Praia da Luz.
El segundo número es el "+351 916 510 683", desde que el que se efectuó esa llamada y que no se encontraba en esa área del Algarve.
"La desaparición de Madeleine ha atraído una enorme atención internacional. Hacemos un llamamiento a los ciudadanos para que nos ayuden a establecer lo ocurido", afirmó el asistente de comisario Stuart Cundy.
"Estamos comprometidos a hacer todo lo necesario para determinar que pasó y encontrar a Madeleine", agregó Cundy.
Los padres de la niña, Kate y Gerry McCann, indican en el comunicado de la policía que dan la "bienvenida" al nuevo hilo de investigación que se ha abierto.
"Queremos agradecer a las fuerzas policiales involucradas sus continuos esfuerzos en la búsqueda de Madeleine. Todo lo que hemos deseado siempre es encontrarla, destapar la verdad y llevar a los responsables ante la justicia", afirman.
"Nunca perderemos la esperanza de encontrar a Madeleine viva, pero cualquiera que sea el resultado, necesitamos conocer, tanto como necesitamos encontrar paz", agregan los padres, que agradecen asimismo el apoyo de los ciudadanos.
¿Quién es Madeleine McCann? ¿Cómo y dónde desapareció?
Nadie sabe, todos especulan. Trece años después de que la niña británica Madeleine McCann se esfumara en el sur de Portugal, el caso resucita por enésima vez en varios documentales que, a falta de respuestas, repasan obsesivamente las incógnitas de la desaparición más mediática del mundo.
"La desaparición de Madeleine McCann" ha llegado a las series de televisión. Todos con la misma premisa: algo se perdió el camino de la tortuosa investigación, primero exclusivamente portuguesa y después con ayuda británica; la colaboración degeneraría en acusaciones y desconfianzas e incluso el relevo del encargado del caso, el polémico Gonçalo Amaral.
Los documentales bucean en la duda hacia los padres y amigos, que cenaban juntos en un restaurante la noche de la desaparición y dijeron turnarse para ir a vigilar a sus respectivos hijos, que dormían, y la otra gran teoría, que apunta a que la niña fue raptada por una organización pedófila.
Ninguna prueba concluyente.
El 3 de mayo de 2007, la pequeña de tres años desapareció de la habitación del apartamento que su familia había alquilado en Praia da Luz, en el Algarve luso, donde dormía junto a sus hermanos -dos gemelos de dos años- mientras sus padres cenaban con un grupo de amigos en el mismo complejo turístico.
La desaparición todavía divide a la opinión pública y tiene entre interrogantes a la Policía Judicial (PJ) portuguesa y a Scotland Yard, que mantienen abiertas sus respectivas investigaciones, independientes la una de la otra y conducidas de forma simultánea.
En Portugal el caso se cerró en julio de 2008, pero fue reabierto en octubre de 2013, después de que un equipo de investigadores de Oporto encontrase nuevos inicios al "volver a analizar" lo ocurrido.
En su momento, el comisario portugués que lideró la investigación, Gonçalo Amaral, publicó el libro "Maddie, la verdad de la mentira", en el que defendía la tesis de que el matrimonio McCann ocultó el cadáver de su hija después de que muriese por accidente.
Los McCann denunciaron a Amaral por difamación y un tribunal de Lisboa llegó a condenar al comisario a pagar 500.000 euros al matrimonio, pero la sentencia fue revocada.
Kate y Gerry McCann fueron dos de los casi 20 sospechosos que acumula este caso, después de que fuesen hallados rastros biológicos de la pequeña en un automóvil alquilado tras la desaparición, pero la Justicia lusa acabó por exculparlos.
Ellos siempre han defendido su inocencia y en una reciente entrevista a la BBC británica volvieron a sostener la teoría de que su hija fue raptada.
Por el momento, las más de 2.000 diligencias policiales, 500 búsquedas en la zona y 12.000 páginas que deja el proceso no han conseguido arrojar luz sobre lo que ocurrió la noche que Maddie se esfumó sin dejar rastro, pero la policía portuguesa no es la única que sigue indagando.
Scotland Yard publicó en un 2012 un retrato robot de cómo sería la menor en aquel momento, lo que alimentó las esperanzas de encontrarla viva, y un año después reabrió de forma oficial el expediente del caso, que continua abierto.
El comandante de Scotland Yard Mark Rowley confirmó hace una semana que "existe una línea de investigación con la que merece la pena seguir buscando".
En el resto del mundo, el caso recibió tanta atención mediática que a lo largo de esta década se multiplicaron las falsas alarmas de que la niña había sido vista en lugares tan diversos como España, Bélgica, el litoral de Marruecos, Singapur o Indonesia.