Las autoridades del estado de Querétaro anunciaron la suspensión de cinco funcionarios públicos tras la batalla campal de aficionados durante un partido de la primera división del fútbol mexicano que dejó 26 heridos, tres de ellos de gravedad.
Guadalupe Murguía, la secretaria de gobierno del estado, anunció la noche del domingo la cancelación de los contratos de la empresa privada que tenía responsabilidad compartida en la seguridad del estadio Corregidora, de Querétaro, ciudad ubicada 218 kilómetros al norte de la capital.
Agentes de policía se encontraban la noche del sábado en el recinto cuando se produjo una pelea de barras del local Querétaro y el actual campeón Atlas, pero fueron incapaces de contener la violencia.
Entre los funcionarios suspendidos se encuentran responsables de la fuerza de policía y la seguridad civil, además de otros tres que tenían funciones de coordinación de eventos.
La Liga MX suspendió los tres partidos que tenía programados para el domingo y podría vetar la presencia de hinchas visitantes.
El encuentro por el torneo Clausura fue interrumpido a los 62 minutos cuando aficionados ingresaron al campo, buscando alejarse de una pelea entre barras que comenzó en la cabecera norte del estadio.
La pelea entre aficionados en la tribuna se trasladó a la cancha, donde continuaron agrediéndose a puñetazos y patadas. Algunos utilizaron sillas, palos y barras metálicas para golpearse.
Las autoridades de Querétaro informaron que 19 de los heridos fueron dados de alta el lunes. Otros siete siguen hospitalizados, incluyendo tres en estado graves.
Esos serían los tres hombres que yacen inertes, desnudos y ensangrentados en las inmediaciones del estadio, en videos que circularon en las redes sociales.
“No vamos a ocultar nada", dijo el gobernador de Querétaro Mauricio Kuri. "Sé que las imágenes del estadio son perturbadoras y que se han difundido nombres de personas que, supuestamente, han fallecido; pero hoy confirmamos que afortunadamente están vivas y recibiendo atención médica”.
Las autoridades de seguridad pública señalaron que hasta ahora no hay detenidos y Kuri dijo que la fiscalía trabaja en dar con los responsables.
El gobernador afirmó que se abrió una investigación para saber qué fue lo que falló operativamente dentro del estadio para que la violencia escalara a ese nivel.
Tanto la FIFA, máximo rector del fútbol mundial, como la CONCACAF, el ente regional, condenaron los actos.
“La FIFA está consternada por el trágico incidente. Los actos de violencia en el estadio la Corregidora son inaceptables e intolerables”, afirmó la FIFA en un comunicado. “La FIFA condena este deleznable incidente y alienta a las autoridades locales a hacer justicia rápidamente”.
Por su parte, la CONCACAF pidió “aplicar fuertes sanciones deportivas”.
En México la seguridad en los estadios corre por cuenta del club anfitrión. En muchos casos se tiene presencia tanto de la policía local como de cuerpos de seguridad privados y las barras visitantes siempre son custodiadas en las tribunas por policías que impiden los enfrentamientos.
En algunos estadios, como el olímpico de la capital, donde juega Pumas, la barra visitante tiene que salir escoltada antes que terminen los partidos para evitar peleas en las afueras del estadio cuando terminan los encuentros.
Las autoridades estatales de Querétaro informaron que en el partido del sábado el control en su mayoría fue de un grupo de seguridad privado, aunque sí había agentes de la policía local, sin entrar en detalles.
De acuerdo con Gabriel Solares, presidente de los Gallos Blancos, poco más de 600 agentes tuvieron a su cargo la seguridad — 358 de una empresa privada.
En imágenes de televisión se pudo observar que ese cuerpo de seguridad privado estaba integrado en gran parte por mujeres, las cuales intentaron separar a los aficionados sin éxito.
De acuerdo con Solares, además de los elementos de seguridad privada, había 150 policías locales y 150 estatales. El dirigente agregó que por ley en ese estado, la policía no puede actuar dentro de las tribunas del estadio cuando se trata de un evento privado.
“Todos vimos que fueron fácilmente superados, no fue un dispositivo correcto, no tanto por el número sino por la forma en que se estructuró la estrategia”, comentó el dirigente.
Aficionados del Querétaro ya habían participado en una invasión de cancha similar en octubre de 2019, cuando se presentaron peleas en las tribunas entre hinchas de los Gallos Blancos con los del Atlético de San Luis.
En esa ocasión, el entonces presidente de la Liga MX, Enrique Bonilla, dijo que se trabajaría para mejorar la seguridad en todos los estadios.
Entre lo que se busca desde entones es identificar a los integrantes de las barras para poder dar con responsables cuando ocurran actos violentos, pero la mayoría de los clubes sólo tienen reportes de los líderes y no de todos los integrantes, de acuerdo con Arriola.
El dirigente dijo que a partir de ahora buscarán aplicar un programa similar de identificación de aficionados como el que comenzará a usar la selección mexicana en sus partidos de local para erradicar el grito homofóbico.
“Tenemos que implementar medidas de seguimiento para identificación digital de asistentes comenzando por las barras para tener un mejor mecanismo de prevención”, mencionó Arriola en una rueda de prensa el domingo.
Arriola añadió que debido a la situación se convocó a una reunión de dueños que se realizará el martes próximo y en la que propondrá como una solución vetar la presencia de aficionados de los clubes visitantes.
Para ser aprobadas, tales propuestas tienen que recibir el apoyo de la mayoría de los 18 dueños de clubes en primera división.
Arriola informó que, mientras la Comisión Disciplinaria dicta un castigo al Querétaro, el estadio no podrá albergar partidos de la primera división. Se espera que la sanción se anuncie a más tardar el miércoles, de acuerdo con el presidente del organismo.