Policías, militares, civiles y hasta el primer ministro Justin Trudeau revivieron la señal de hincar la rodilla, una de las formas de protesta más famosas de los últimos tiempos, para las manifestaciones en contra del racismo y de la muerte de George Floyd.
Tras enfrentamientos con los participantes de las protestas y serias acusaciones de abuso de la fuerza durante las detenciones, algunos oficiales del Departamento de Policía de Nueva York se hincaron frente a quienes protestaban, en solidaridad con el movimiento Black Lives Matter.
“Cuando los manifestantes me pidieron que me arrodillara, fue una idea fácil. Nada complicado de analizar. Lo hice por la paz, por la unidad y por la curación”, dijo uno de los altos mandos de los cuerpos policiacos de Nueva York, Jeffrey Maddrey, para NBC.
Sin embargo, el verdadero significado de hincar una rodilla en el suelo no es la solidaridad ni la paz, es una enérgica protesta.
La persona que volvió el “Take a Knee” una forma de manifestación fue el exquarterback de los 49ers de San Francisco, Colin Kaepernick.
Las críticas en contra de Kaepernick llovieron inmediatamente, pero él tenía algo muy claro: “No voy a ponerme de pie para mostrar orgullo por la bandera de un país que oprime a los afroamericanos”, aseguró para NFL Media en aquella época. Lo que lo inspiró a manifestarse fue la violencia policial en contra de la comunidad afroamericana, lo mismo que ahora vuelve a movilizar al país.
En los siguientes partidos algunos de sus compañeros de equipo se unieron a su protesta y también hincaron una rodilla en el campo mientras el resto del estadio saludaba a la bandera de Estados Unidos.
Sin embargo, la famosa manifestación del exquarterback enfureció a algunos de sus fanáticos, quienes llamaron a quemar sus jerseys por ser “antipatriotas”.