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La representante republicana por Florida (EEUU) María Elvira Salazar defendió este lunes en Miami su Plan Dignidad, una propuesta de reforma migratoria que, de ser aprobada, permitiría a los indocumentados residentes por más de 5 años en el país trabajar legalmente y, pasados 10 años, optar a la ciudadanía.
"No es ningún trato especial. Lo único que estamos pidiendo es dignidad para seguir trabajando", dijo Salazar en una rueda de prensa en la que detalló puntos del proyecto de ley presentado la semana pasada en la Cámara de Representantes por un grupo de republicanos.
El proyecto de ley daría estatus legal a los indocumentados que viven en el país, al tiempo que refuerza la seguridad en la frontera, fija una reforma del sistema de asilo y otorga "protección permanente" a los que se conoce como "dreamers" o "soñadores", es decir, más de 2 millones de jóvenes que fueron traídos a este país cuando eran menores por sus padres.
"Queremos asegurar la frontera con toda la tecnología disponible (...) y reformar las leyes de asilo para que solo se otorguen a aquellos que tengan en realidad una necesidad de asilo político", dijo la congresista cubano-estadounidense de origen cubano.
Sobre el programa de reforma migratoria dentro del Plan Dignidad, este contempla a todas las personas sin papeles que "hayan vivido en este país por más de cinco años, tengan hijos estadounidenses, hayan pagado sus impuestos y no hayan cometido ningún crimen", agregó la antigua periodista de 59 años.
Pasados 10 años, los inmigrantes que quieran obtener la ciudadanía tendrían el camino allanado para lo que Salazar denominó "camino de la redención", esto es: "acogerse a él, corregir los errores del pasado, pagar una multa y ponerse en fila".
"Pero mientras tanto, tienen dignidad", enfatizó.
Cargó en la rueda de prensa contra los demócratas, que "han presentado una reforma migratoria -afirmó- que saben que nunca se va a poder convertir en ley y que ni siquiera tiene los votos dentro de su partido" para salir adelante.
"Estamos hartos de las falsas promesas y queremos que esos 11 millones de hermanos indocumentados sean tratados con una palabra que se llama 'dignidad'", señaló.
La congresista republicana representa en el Capitolio al condado de Miami-Dade, que con unos 2,8 millones de habitantes es el más poblado de Florida y el más afectado por la pandemia en el estado.