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El abasto de agua se reanudaba para algunos hogares y negocios en la capital de Mississippi el jueves, pero muchos grifos permanecían secos o solo tenían un hilo de agua mientras las cuadrillas trabajaban para reparar una planta de tratamiento dañada por las inundaciones.
Las autoridades en Jackson informaron algunos avances durante la noche en el llenado de tanques en la Planta de Agua O.B. Curtis, la instalación que ha generado los problemas recientes.
“Muchas áreas en todo Jackson ahora tienen algo de presión. Las áreas más cercanas a la planta están experimentando una presión casi normal”, dijo la ciudad en un comunicado de prensa. “Las áreas más alejadas de la planta y en elevaciones más altas todavía experimentan poca o ninguna presión”.
El gobernador de Mississippi, Tate Reeves, dijo que la Guardia Nacional abriría sitios de distribución de agua, adicionales a los que ya administra la ciudad y grupos de voluntarios.
“A todos en la ciudad: sé que están lidiando con una situación profundamente injusta”, dijo Reeves en una conferencia de prensa el jueves. “Es frustrante, está mal y hay que arreglarlo”.
La baja presión del agua dejó a algunas personas sin poder ducharse o descargar inodoros.
Las escuelas de Jackson impartieron clases a distancia el martes, miércoles y jueves, y algunos restaurantes cerraron. Se colocaron WC portátiles fuera del Capitolio. La Jackson State University instaló baños temporales para estudiantes.
Reeves declaró estado de emergencia el lunes por la noche después de que las lluvias excesivas y las inundaciones del río Pearl exacerbaron los problemas en la planta de tratamiento.
El martes, el presidente Joe Biden aprobó una declaración de emergencia para el estado. Biden llamó al alcalde de Jackson, Chokwe Lumumba, el miércoles para discutir los esfuerzos de respuesta, incluido el apoyo de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias, la Agencia de Protección Ambiental y el Cuerpo de Ingenieros del Ejército.