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El jefe del Pentágono, Mark Esper, prohibió el viernes la bandera confederada, a menudo considerada un símbolo de racismo, en todas las bases militares estadounidenses, donde la insignia se exhibe con frecuencia en salas comunes.
En un mensaje dirigido a todos los oficiales de las fuerzas armadas de Estados Unidos, el Departamento de Defensa difundió una lista de banderas autorizadas en bases, a bordo de buques de guerra, oficinas o salas de conferencias y en todos los espacios alquilados por el ministerio fuera de sus dependencias.
La bandera confederada, una cruz azul sobre fondo rojo, decorada con 13 estrellas blancas que simbolizan los estados del sur que se opusieron a la abolición de la esclavitud enfrentando al Norte durante la Guerra Civil (1861-1865), está excluida de la lista de banderas autorizadas.
"Las banderas que enarbolamos deben responder los imperativos militares de orden y disciplina, tratar a todos con respecto y dignidad y rechazar los simbolos de división", dijo Esper en la carta publicada en Twitter.
Desde la muerte a finales de mayo de George Floyd, un afroamericano asesinado durante su arresto por un oficial de policía blanco, las fuerzas armadas estadounidense, una de las instituciones con mayor representación de minorías, abrió un intenso debate interno sobre el racismo.
Sin embargo, los soldados, muchas veces aficionados a los símbolos, a menudo exhiben en sus cuarteles banderas confederadas en nombre del principio, intocable en el país, de la libertad de expresión.
Esta bandera es exhibida por algunos blancos en señal de orgullo a su herencia histórica y regional, aunque para la mayoría de los afroamericanos simboliza el racismo y la esclavitud. Los seguidores del Ku Klux Klan la utilizan confirmando esa teoría.
Al lanzar la prohibición, Esper se diferencia una vez más de la postura del mandatario estadounidense Donald Trump, que el martes defendió la bandera.
"Sé que a la gente le gusta la bandera confederada y no piensan en la esclavitud. Para mí, es una cuestión de libertad de expresión", dijo el presidente a la CBS.
Esper y el Jefe del Estado Mayor conjunto, general Mark Milley, también se pronunciaron a favor de un cambio de nombre en aquellas bases militares que honran con su denominación a los generales confederados, una idea a la que se opone Trump.