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Legisladores estadounidenses prometieron investigar por qué la policía del Capitolio no pudo impedir que una turba ocupara y causara destrozos en el edificio el miércoles, planteándose la posibilidad de que fue por falta de preparación.
La Policía del Capitolio, que tiene la tarea de proteger el Congreso, pidió ayuda a otras fuerzas de seguridad ante la irrupción de los manifestantes que obligó a los legisladores a esconderse. Tanto las autoridades como los seguidores del presidente Donald Trump usaron irritantes químicos durante la ocupación del complejo, que duró varias horas antes de que fuese desalojado el miércoles en la noche.
Cuatro personas fallecieron: una mujer baleada en el interior de Capitolio y otros tres por “emergencias médicas” relacionadas con el incidente, explicó Robert Contee, jefe del Departamento de la Policía Metropolitana de Washington.
Según la policía, hasta el miércoles en la noche había 52 detenidos, incluyendo 26 que fueron arrestados en los terrenos del Capitolio. Catorce agentes resultaron heridos, dijo Contee.
El asalto “plantea serias preocupaciones de seguridad”, dijo la representante demócrata de California Zoe Lofgren, presidenta de la Comisión de Administración de la Cámara de Representantes, añadiendo que el comité trabajará con los líderes de las dos cámaras para revisar la respuesta policial, y su preparación.
El incidente obligó a los diputados a agacharse bajo sus escaños y a ponerse máscaras antigás, mientras la policía trató inútilmente de colocar barricadas en el edificio cuando la gente comenzó a avanzar desde un mitin de apoyo a Trump celebrado cerca de la Casa Blanca. La alcaldesa de Washington decretó un toque de queda nocturno en un intento por frenar la violencia.
Val Demings, representante demócrata de Florida y exjefa de policía, indicó que era “dolorosamente obvio” que la policía del Capitolio “no estaba preparada para hoy. Yo pensé que habríamos tenido una mayor demostración de fuerza, que se habrían tomado más medidas desde el principio para asegurarnos de que hubiese una zona designada para los manifestantes a una distancia segura del Capitolio”.
En una entrevista con la televisora MSNBC el miércoles en la noche, Demings afirmó que al parecer la policía no tenía suficientes efectivos, añadiendo que “no parecía que tuviesen un plan operativo claro para abordar realmente” a los miles de manifestantes que llegaron al Capitolio.
Los inconformes fueron incitados por Trump, quien pasó las últimas semanas atacando falsamente la integridad de los comicios presidenciales e instando a sus partidarios a acudir a Washington para protestar contra la certificación en el Congreso de la victoria del presidente electo, Joe Biden. Los manifestantes interrumpieron este proceso durante casi siete horas.
La turba rompió ventanas, entró a los hemiciclos del Senado y la Cámara de Representantes y a oficinas de legisladores, incluyendo la de la presidenta de la Cámara, la demócrata Nancy Pelosi.
Hay “muchas preguntas sin respuesta y estoy decidida a obtener respuestas a todas las preguntas sobre lo que salió mal hoy”, afirmó Demings.
Una vocera policial no pudo ser contactada de inmediato para realizar comentarios el miércoles en la noche.
Karen Bass, representante demócrata de California, se mostró indignada tras ver en redes sociales a un agente de la policía del Capitolio posando para una foto con un asaltante. “¿Se tomarían una selfie con alguien que está robando un banco?", preguntó. “No puedo imaginar si un par de miles de manifestantes (del movimiento Black Lives Matters) hubiesen entrado al Capitolio, y que hubiese 13 personas detenidas”.
Por su parte, Tim Ryan, diputado demócrata de Ohio, sugirió que podría haber cambios en los mandos de la policía del Capitolio.