El presidente Donald Trump lanzó oficialmente su campaña de reelección a la presidencia este 18 de junio en Orlando, Florida.
Miles de personas abarrotaron el Centro Amway de Orlando y portaron gorras rojas con la leyenda Make America Great Again, el eslogan de la campaña anterior de Donald Trump.
Entre la multitud que llegaba al Centro Amway, las cámaras captaron a personas que hacían una seña parecida a la de “OK”. El periodista Philip Crowther, de Associated Press GMS, informó que significa “poder blanco” y poco a poco se extiende entre los seguidores del presidente republicano.
Los tres dedos levantados representan la “W” de “White” y el pulgar y el índice forman una “P” de “Power”. En conjunto, quieren decir “White Power” (poder blanco). Por tal razón, ha sido tachada de racista. También es un ademán muy común del presidente mientras da discursos.
Foto: Reuters
No obstante, el portal de The Week informa que la seña también está relacionada con supremacistas blancos creyentes en la conspiración QAnon. Ésta sostiene, sin fundamento, que “el mundo está liderado por una élite satánica liderada por Hillary Clinton”. “Sólo Trump con la ayuda de aliados secretos, incluido Robert Mueller, los expondrá y los derrotará”, piensan.
Los seguidores de ultraderecha de QAnon creen que habrá un “Gran Despertar” antes de una “tormenta”. En algunos mítines han mostrado grandes letras “Q” de cartón.
La periodista Maggie Haberman, del New York Times, considera que la seña con la mano también representa una “Q”. Por lo que conjuga la ideología supremacista y la teoría QAnon.
Quienes hacían la seña en el lanzamiento de campaña de Donald Trump, se llamaron a sí mismos “chicos orgullosos”. Portaban camisas polo y bermudas.
Algunos usuarios de redes sociales no están de acuerdo en tachar de racistas a todos los seguidores de Trump que hacen la seña, pues consideran que simplemente es un ademán. Se burlan de las teorías con imágenes de demócratas que la hacen, como Barack Obama o Alexandria Ocasio-Cortez.
Un informe de Pew Research Center apunta que, aproximadamente, seis de cada 10 estadounidenses (58%) dicen que las relaciones raciales en Estados Unidos son malas.
El 56% considera que el presidente Donald Trump las ha empeorado. “Dos tercios dicen que es más común que las personas expresen opiniones racistas desde que Trump llegó a la Casa Blanca”.