La pandemia de coronavirus, la desesperación por la situación económica y el descontento social asolan a Estados Unidos, replanteando la campaña hacia las elecciones presidenciales de noviembre y obligando a reflexionar sobre la desigualdad racial en el país.
En cuestión de semanas, la fuerte tensión se ha vuelto el centro de la campaña por la Casa Blanca entre el presidente Donald Trump y el demócrata Joe Biden, dos políticos con visiones y estrategias muy diferentes.
Han pasado varias generaciones desde que el país experimentó una confluencia tan aguda de graves problemas, un punto bajo que el filósofo Cornell West ha calificado como "el momento en que Estados Unidos debe rendir cuentas".
Casi 110,000 estadounidense murieron de covid-19 y decenas de millones están sin empleo debido al cierre de la economía en el marco de la pandemia.
Al mismo tiempo, decenas de ciudades están sumidas en la agitación social ante las protestas en reclamo de justicia tras el asesinato del ciudadano negro George Floyd a manos de la policía de Minneapolis.
"Es un momento bastante malo", dijo Daniel Gillion, profesor de Ciencias Políticas en el Universidad de Pensilvania y autor de "The Loud Minority" (La minoría ruidosa).
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La situación es "horrenda" para los afroestadounidenses, quienes tradicionalmente tienen peores resultados médicos, ostentan apenas una fracción de la riqueza que concentran los blancos y son más propensos a ser víctimas de la brutalidad policial.
"No puedo pensar en un período (moderno) donde los negros hayan experimentado tanta lucha, tanto dolor, tantas dificultades", dijo Gillion a la AFP.
Mientras que Trump se vanaglorió el viernes de una sorpresiva baja en la tasa de desempleo, que pasó de 14.7% en abril a 13.3% en mayo, el paro entre los afrodescendientes subió a 16.8%.
Las imágenes de un agente de policía arrodillado sobre el cuello de un Floyd desposado y acostado en el piso durante casi nueve minutos, son una clara muestra del racismo sistémico que afecta a Estados Unidos desde hace generaciones.
"Ha habido una rodilla en el cuello de la América negra desde que se abolió la esclavitud", dijo Kayla Peterson, de 30 años, manifestante de Minneapolis, con la cara semicubierta por un barbijo para protegerse de la pandemia. "Nunca hemos sido realmente libres".
Trump pudo haber enviado un mensaje para aliviar las tensiones pero en cambio lanzó una cruzada en favor de "la ley y el orden", ahondando la discordia.
El presidente ha aislado a la Casa Blanca de la protestas y lanzado duras acusaciones que poco hacen para calmar la tormenta.
"El problema es que los incendiarios, saqueadores, criminales y anarquistas buscan destrozarla (y a nuestro País)!", tuiteó el jueves.
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Su provocativa actitud de caminar desde la Casa Blanca hasta una iglesia cercana para fotografiarse con una biblia en la mano luego de que la zona fuera dispersada de manifestantes, fue una clara señal hacia los votantes conservadores y evangélicos: la seguridad y la fe siguen siendo primordiales.
Mientras, su virtual rival demócrata, Joe Biden, de 77 años, lo calificó de "peligrosamente inepto" para gobernar.
Biden permaneció aislado por dos meses en su residencia de Delaware por la pandemia, mientras Trump mantuvo su retórica furibunda para presionar por la reactivación de la economía.
Pero el veterano demócrata abraza un mensaje de conciliación y reforma que podría unir a los moderados y liberales del Partido Demócrata y atraer a los independientes horrorizados por el estilo duro de Trump.
"Ya es hora de que hagamos realidad la vieja promesa de que esta nación sea real para todo nuestro pueblo", tuiteó Biden el viernes.
Pero expertos afirman que pese al caos reciente, Trump puede encaminarse a la victoria.
"Si el presidente es capaz de hablar sobre la raza de una forma significativa, si es capaz de capitanear la recuperación sanitaria y de la economía, se va a parecer al hombre de teflón", dijo Gillion. "Nada se le pegará".
No obstante, Trump se ha erosionado en las encuestas, particularmente entre dos grupos de votantes vitales para su reelección: los ancianos y los cristianos evangélicos.
Y el electorado femenino no ve con buenos ojos el fracaso de Trump en tomar medidas tempranas para contener la pandemia ni su amenaza de despliegue militar para contener las protestas.
Las mujeres blancas "están preocupadas por la forma en que Trump maneja la pandemia" y por su falta de liderazgo, dijo Nadia Brown, profesora asociada de Ciencias Políticas y Estudios Afroestadounidenses en la Universidad Purdue. También "tienen empatía" con los manifestantes.
Las persistentes desigualdades, el desastre económico y la respuesta de los líderes a todo ello "definitivamente estará en la mente de los votantes", indicó Brown.
Ello tampoco significa una victoria para Biden. "Un gato tiene nueve vidas, pero Trump tiene 12", agregó.
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