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Cuando José Andrés llegó por primera vez a Nueva York, este marino de la Armada española desembarcó en West 30th Street lleno de ambición. Décadas después el galardonado chef tiene un fino restaurante en esa misma calle y servirá 40.000 comidas esta semana en la ciudad en la que construyó sus sueños y que es ahora el epicentro de la epidemia de coronavirus en Estados Unidos.
Andrés, cuyos restaurantes en Estados Unidos incluyen The Bazaar, Jaleo y el poseedor de dos estrellas Michelin, Somni, fundó World Central Kitchen en 2010 y ha servido más de 15 millones de comidas en el mundo después de huracanes, incendios y otros desastres.
Durante la pandemia, su organización ha servido más de 750.000 comidas de Miami a Los Angeles y Little Rock, Arkansas o Fairfax, Virginia. Trabaja en lugares como bibliotecas, camiones de comida y restaurantes cerrados, alimentando 125 hospitales, estudiantes que recibían el almuerzo de sus escuelas e incluso pasajeros de cruceros en cuarentena.
Andrés tiene una lista de contactos famosos alrededor del mundo, y es amigo de chefs celebridad como Rachael Ray, Guy Fieri y Marcus Samuelsson, quienes le ayudan a alimentar a los necesitados y mantener a flote restaurantes humildes en Estados Unidos, como aquellos donde muchos comenzaron sus carreras.
“Estoy en deuda con América ... eso es lo mejor que puedo darle a América porque América me dio un hogar. América me dio una oportunidad”, dijo Andrés a The Associated Press en una entrevista telefónica reciente.
En Nueva York abrió un café para servir al hospital de campo Mount Sinai en Central Park. En Harlem, usa el restaurante Red Rooster de Samuelsson, juez del programa de televisión “Chopped", para alimentar familias.
El restaurante de Samuelsson en Miami no se ha abierto al público todavía, pero en vez de dejarlo vacío lo convirtió en un centro operativo de World Central Kitchen. Ahí sirven sándwiches y ensaladas para empleados despedidos del sector hostelero, personas sin hogar y choferes de Uber.
Incluso en tiempos de crisis estos chefs de primera calidad no se limitan a servir sopas desabridas. Las comidas recientes en centros para personas mayores en Washington, incluían una pasta de tomate cremosa con vegetales de primavera y arroz al cilantro con garbanzos especiados y espinacas con vinagreta de cítricos y tortilla frita.
Andrés fue uno de los primeros en cerrar sus restaurantes en Estados Unidos, con la esperanza de ser un ejemplo para los chefs del mundo sobre cómo usar sus restaurantes y dar empleo a los trabajadores mientras se ayuda a las personas con hambre.
“Esta operación está creciendo cada día”, dijo. “Queremos poner a América a trabajar en el proceso de alimentar a América”.
En California, Fieri está en pausa, listo con una cocina de rescate de 14 metros (48 pies) y un equipo de apoyo. “Guy está listo", dijo Andrés. “Esto es como la guerra, necesitas tener a las tropas listas para la acción”.
Fieri comparó su larga amistad con Andrés y otros chefs famosos con “tocar en una banda”.
“Cuando eres amigo de los jefes filántropos generosos como José Andrés, todo lo que quieres hacer es que sea más grande, que sea mejor”, dijo Fieri, quien cocinó junto a Andrés durante los incendios forestales de California del año pasado.
Al comienzo del brote, Fieri, el presentador del programa de televisión “Diners, Drive-Ins and Dives", también quería hacer más. Compró 50.000 dólares en tarjetas de regalo para apoyar a restaurantes locales. También envió decenas de videos personalizados a directores de grandes empresas de comida para pedir donativos.
Rápidamente su restaurante Employee Relief Fund recaudó 10 millones de dólares con la meta de llegar a los 100 millones para ofrecer apoyos de 500 dólares a trabajadores despedidos. Los primeros cheques fueron entregados la semana pasada.
“Nosotros somos siempre los que pedimos ayuda a los restaurantes ... Le pedimos a los meseros que cuiden nuestras mesas, a los cantineros que escuchen nuestras historias, y a los garroteros que limpien nuestros desastres”, dijo Fieri. Quien describió el programa como “una gran manta, como si les dijéramos ‘te tenemos, es nuestro turno de ayudarte’”.
Ray anunció el martes una donación de 4 millones de parte de sus dos organizaciones benéficas. La mitad será para alimentar y para programas nutricionales incluyendo World Central Kitchen. La otra mitad será para apoyar rescate de animales, alimentación y programas veterinarios.
“No somos un fondo para atención a desastres de origen o por deseo, pero francamente eso es en lo que nos hemos convertido en los últimos años”, dijo a AP en una entrevista telefónica.
La organización de Andrés es una de las más grandes receptoras de los apoyos.
“Está ahí trabajando todo el tiempo y en todo el planeta y amo a José. Soy muy devota de él”, dijo Ray desde su casa en el estado de Nueva York.
En Minnesota, el Chef Andrew Zimmern fue uno de los primeros en cerrar sus restaurantes, preocupado por la seguridad de sus trabajadores. Tras esto creó Independent Restaurant Coalition, y contrató a cabilderos para que sean una voz en Washington por los restaurantes, especialmente los pequeños. Señaló que esos restaurantes suelen ser los primeros empleos de muchos, como adolescentes, y son los que más trabajos dan a las madres solteras y aquellos que están buscando un empleo tras estar en prisión.
“No podemos fracasar. (Los restaurantes) tienen que estar abiertos y listos para recibir a sus trabajadores”, dijo Zimmern. “Si no podemos hacer eso sería una catástrofe económica y humanitaria”.