Los neoyorquinos celebraron el Día de los Caídos en Guerras con convoyes de autos y pequeñas ceremonias en lugar de desfiles, mientras aquellos que querían rendir tributo a los militares caídos se enfrentaron con restricciones por el coronavirus.
“Es algo por lo que estamos molestos, pero comprendemos”, dijo Raymond Aalbue, presidente del grupo United Military Veterans del condado Kings, que suele organizar un desfile en Brooklyn.
“No hay motivo para poner a nadie en peligro”, dijo. Aun así, “realmente afecta rápidamente el corazón de todos los veteranos”.
En la cercana Long Island, un pequeño grupo de veteranos rindieron homenaje, con mascarillas y a varios pies (metros) de distancia entre ellos, mientras un desfile de autos pasaba bajo una gran bandera estadounidense por el monumento a veteranos en Eisenhower Park la mañana del lunes.
El desfile y colocación de corona estuvieron cerrados al público, pero se transmitieron en la página de Facebook de la ejecutiva del condado Laura Curran.
El gobernador Andrew Cuomo planeaba presentarse después en una ceremonia privada en el museo Intrepid Sea, Air & Space en Manhattan.
Al acercarse la festividad, Cuomo alivió las restricciones relacionadas con el coronavirus la semana pasadas para permitir reuniones pequeñas, en un principio sólo para los festejos por el Día de los Caídos en Guerras y servicios religiosos. Pero el viernes lo extendió a todas las reuniones tras una demanda de la Unión de Libertades Civiles de Nueva York que estipulaba que, si era seguro reunirse para honrar a los veteranos y practicar la religión, la Constitución exigía que el mismo derecho se extendiera a otras reuniones.