Estados Unidos solo deportará a inmigrantes indocumentados si representan una amenaza para la seguridad del país, según nuevas directivas del gobierno de Joe Biden anunciadas el jueves.
Estas medidas, que limitan el riesgo de deportación de millones de personas, se aplicarán a quienes llegaron a territorio estadounidense antes del 1 de noviembre de 2020.
"El hecho de que un individuo sea un extranjero pasible de ser deportado no será por sí solo la base para proceder en ese sentido", dijo el secretario de Seguridad Interior, Alejandro Mayorkas, en un memorando enviado al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE).
Se estima que más de 11 millones de inmigrantes viven en Estados Unidos en situación irregular y "no tenemos los recursos para detenerlos y deportarlos a todos", explicó.
La mayoría de ellos "llevan años contribuyendo a la sociedad, hay personas que estuvieron en primera línea en la lucha contra el covid-19, lideran congregaciones religiosas, enseñan a nuestros hijos, hacen trabajos agrícolas agotadores", señaló Mayorkas.
Las nuevas directrices, que entrarán en vigor el 29 de noviembre de 2021, priorizan la deportación de extranjeros que representen una "amenaza para la seguridad nacional", como actividades terroristas o de espionaje, o aquellos que representen una "amenaza para la seguridad pública" por haber cometido delitos o infracciones graves.
Esto requerirá un estudio caso a caso y se deberán tener en cuenta ciertos factores, como su edad, la duración de su presencia en el territorio, o el impacto de su expulsión en sus familias.
Estas pautas suponen un cambio de política, luego de que el gobierno del expresidente Donald Trump permitiera el arresto de cualquier persona que residiera ilegalmente en el país.
Las nuevas consignas se anuncian en momentos en que la administración Biden enfrenta en los últimos meses una afluencia récord de migrantes cruzando ilegalmente la frontera desde México.
Más de 1.3 millones han sido detenidos allí desde enero.
Más de 30,000 migrantes, en su mayoría haitianos, se congregaron bajo un puente en la pequeña ciudad de Del Rio, en Texas. Cerca de 2,000 personas fueron deportadas por avión a Haití, una medida criticada por el ala izquierda del Partido Demócrata.
Por el contrario, la oposición republicana acusa al presidente de haber provocado una crisis en la frontera sur del país, al relajar las políticas migratorias de su antecesor Trump.
De los 11 millones de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos, cerca de la mitad se estima que provienen de México, seguido de unos dos millones de Centroamérica y un millón y medio de Asia.