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El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, se ha comprometido este lunes a recortar unos 1.000 millones de dólares del presupuesto destinado al Departamento de Policía de Nueva York (NYPD en inglés) para cumplir así con una de las demandas más repetidas entre las personas que se han manifestado contra la brutalidad policial desde el homicidio del afroamericano George Floyd.
En su rueda de prensa diaria, De Blasio apuntó que la decisión se debía tanto a las protestas contra el racismo sistémico como a las secuelas de la crisis del coronavirus SARS-CoV-2, que ha aumentado el déficit de la ciudad, si bien no detalló en qué medidas concretas se traduciría el recorte anunciado.
En este sentido, el regidor señaló que se estaban produciendo negociaciones entre los representantes públicos y la policía para "mejorar" el área.
"Mi oficina presentó al Ayuntamiento un plan que lograría un ahorro de mil millones de dólares para el NYPD y transferiría recursos destinados a los jóvenes y a las comunidades de una manera que ayudaría a abordar muchas cuestiones subyacentes que sabemos que son la causa de tantos problemas en nuestra sociedad ", afirmó De Blasio.
Para el regidor, la propuesta del nuevo presupuesto logra "una reforma real y una redistribución real" pero sin comprometer la seguridad de la ciudad.
Desde que se desencadenaron las protestas multitudinarias por la muerte de Floyd a manos de un policía blanco de Mineápolis, Minesota, uno de los principales cánticos que se han reproducido en las protestas es el de "defund the police!", que llama a recortar los presupuestos destinados a los departamentos policiales y dedicar parte de ese dinero a programas para atajar el racismo sistémico y destinarlo a políticas de vivienda, sanidad y otros servicios sociales.
La policía de Nueva York es una de las más caras de Estados Unidos y ha pasado de costar 3.000 millones de dólares en el año 2.000 a contar con un presupuesto de cerca de 5.700 millones de dólares en el presente año.