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La ciudad de Nueva York obligará a los trabajadores de sus centros médicos y hospitales públicos a vacunarse o a hacerse pruebas de coronavirus cada semana, una medida con la que se trata de mitigar el hecho de que alrededor de un tercio de los sanitarios de la metrópolis no han sido inoculados.
Según los medios locales, el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, anunciará este miércoles la decisión, que entrará en efecto en agosto y que llega cuando se está registrando en todo Estados Unidos un aumento de casos de coronavirus con el avance de la variante delta.
Se trata de la primera medida que impone De Blasio en Nueva York que exige a funcionarios de la ciudad demostrar que están vacunados o entregar una prueba negativa reciente de covid-19.
Se estima que la nueva norma afectará a más del 10 % de las 300,000 personas que trabajan para la ciudad de Nueva York.
Por el momento, se desconoce si en un futuro se aplicará a otros funcionarios, como agentes de Policía, profesores o conductores de los medios de transporte, o si acabará aplicándose solo a los trabajadores de centros médicos.
"Se trata de la seguridad en el marco sanitario", explicó el secretario de prensa de De Blasio, Bill Neidhardt.
En concreto, la norma se aplicará en los 11 hospitales que gestiona la ciudad de Nueva York, entre ellos los de Bellevue y Elmhurst, además de clínicas y residencias de ancianos.
Unos 2 millones de neoyorquinos adultos aún no han recibido ninguna dosis de la vacuna del coronavirus, pese a los esfuerzos de las autoridades que han vacunado a los neoyorquinos en sus propias residencias, y han ofrecido las inyecciones en centros temporales situados en la red de metro o en museos.
En la actualidad, menos de 10.000 neoyorquinos está recibiendo la primera dosis de la vacuna, pese a que el número de nuevos casos diarios se disparó a 600 la pasada semana, más del doble que lo que se estaba registrando el pasado mes de junio.