"Paren este dolor", suplicó este miércoles el hermano del afroamericano George Floyd. Su testimonio a favor de una reforma policial sacudió la conciencia del Congreso de EE.UU., aunque algunas voces conservadoras recurrieron al fantasma del miedo y aseguraron que cualquier cambio traerá más crimen.
"Estoy cansado. Estoy cansado del dolor que siento, del dolor de ver a alguien así, cuando ves que tu hermano mayor al que has admirado toda tu vida, cuando le ves muriendo mientras suplica por su madre. Estoy aquí para pedirles que hagan que pare. Paren el dolor", dijo Philonise Floyd ante un comité de la Cámara Baja.
El hermano menor de George Floyd describió a su hermano como "un gigante amable" con "un temperamento tranquilo" que, incluso, mientras "suplicaba por su vida", seguía llamando "señor" al policía blanco que durante nueve minutos apretó la rodilla contra su cuello.
Con la voz cargada de emoción y, en ocasiones, a punto de romper en lágrimas, Philonise Floyd defendió que su hermano "no merecía morir por veinte dólares", en referencia al supuesto billete falso de ese valor que el fallecido usó en una tienda y que provocó su detención.
"Les pregunto, ¿es eso lo que vale la vida de un hombre negro? ¿Veinte dólares? Estamos en 2020. Ya basta", clamó Philonise Floyd.
MÁS QUE "UNA CARA EN UNA CAMISETA"
Reconoció que enterrar a su hermano George, fallecido el 25 de mayo en Mineápolis, ha sido "lo más duro" que ha tenido que hacer nunca y exhortó a los legisladores a actuar para evitar que se convierta en "otra cara en una camiseta" y en "otro nombre en una lista que no para de crecer".
"Depende de ustedes asegurarse de que su muerte no fue en vano", recordó Philonise a los legisladores.
"Honren la memoria de George haciendo los cambios necesarios para que las fuerzas de seguridad sean la solución y no el problema. Hagan que rindan cuentas cuando hagan algo mal. Enseñen a la policía lo que significa tratar a la gente con empatía y con respeto. Enséñenles lo que es la fuerza necesaria y que la fuerza letal solo debe usarse en raras ocasiones y cuando la vida está en riesgo", dijo.
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Philonise Floyd llevaba una mascarilla negra con una imagen de su hermano y la frase "I can't breathe" (No puedo respirar), las últimas palabras que pronunció George Floyd.
EL FANTASMA DEL MIEDO Y EL CRIMEN
Influenciados por las palabras de Philonise Floyd, varios legisladores republicanos reconocieron que es necesario acabar con los policías que cometen infracciones; pero negaron que haya un problema sistemático y, además, aprovecharon para cuestionar las peticiones de quienes desde hace días protestan en la calle.
En concreto, el republicano Jim Jordan criticó la consigna "Defund the Police" (Quiten fondos a la Policía), una expresión utilizada para pedir que se destine menos dinero a las fuerzas del orden o, incluso, que éstas se eliminen por completo y que su trabajo lo asuman otro tipo de agencias.
Jordan consideró que quitar fondos a la policía es una "auténtica locura" y, sin dar pruebas, aseguró que esa acción aumentaría la criminalidad.
Los republicanos invitaron a testificar a la afroamericana Angela Underwood Jacobs, la hermana de un policía que perdió la vida tras ser disparado el 29 de mayo en Oakland (California), donde al mismo tiempo cientos de personas protestaban en la calle por la muerte de Floyd.
En ocasiones, los republicanos usaron el testimonio de Underwood Jacobs para desviar la atención de las palabras del hermano de Floyd y para aludir a los aislados episodios de violencia de las manifestaciones de los últimos días, que se han convertido en un movimiento pacífico.
No obstante, tanto Underwood Jacobs como Philonise Floyd pidieron a los legisladores que actúen para que la muerte de sus familiares "tenga sentido" y, en uno de los descansos que tomó el comité, se pudo ver como ambos se abrazaban y conversaban durante unos minutos.
LOS POLICÍAS DEBEN SER "GUARDIANES", NO "GUERREROS"
Por su parte, los demócratas aprovecharon la audiencia para promover un proyecto de ley que está debatiendo la Cámara de Representantes para reformar las tácticas policiales y que, entre otras cosas, prohibiría a los agentes a agarrar por el cuello a los detenidos, la maniobra que acabó con la vida de Floyd.
"El objetivo de esta legislación es conseguir un modelo de policía que sea de guardianes, no de guerreros", explicó el demócrata Jerry Nadler.
Esa ley también pretende acabar con la impunidad de aquellos policías que disparan contra ciudadanos negros.
El agente blanco que acabó con la vida de Floyd, Derek Chauvin, actualmente está en prisión a la espera de ser juzgado por homicidio en segundo grado y otros delitos por los que podría ser condenado a 40 años de cárcel; pero su caso es la excepción, tal y como muestran datos de la universidad Bowling Green State de Ohio.
De acuerdo con esa fuente, desde 2005 solo 110 policías en activo han sido acusados de asesinato u homicidio imprudente después de haber disparado a un ciudadano, a pesar de que anualmente unas mil personas mueren por herida de bala por culpa de las fuerzas de seguridad.