La guerra entre Israel y Hamás entró el domingo en su centésimo día, con la promesa del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de que nadie detendrá la ofensiva militar contra el movimiento palestino.

El conflicto desató una crisis humanitaria con más de 23.000 personas reportadas como muertas en la Franja de Gaza y gran parte de ese territorio convertido en escombros, entre temores a la propagación del conflicto a la región.

dijeron que el sábado volvieron a atacar a los rebeldes hutíes de Yemen, apoyados por Irán, luego de que los hutíes advirtieran de nuevos ataques contra buques en el mar Rojo en apoyo a Gaza.

La guerra en Gaza comenzó el 7 de octubre cuando Hamás lanzó un ataque sin precedentes contra Israel, dejando 1.140 muertos, en su mayoría civiles, según un recuento de AFP basado en cifras israelíes.

Hamás, considerado como grupo "terrorista" por Estados Unidos y la Unión Europea (UE), tomó ese día 250 rehenes de los cuales 132 permanecen en Gaza y 25 habrían muerto.

Israel prometió destruir a Hamás y lanzó un incesante bombardeo que dejó al menos 23.843 muertos, en su mayoría mujeres y niños, según el Ministerio de Salud de Gaza.

La Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya escuchó argumentos esta semana de que Israel violó la Convención de la ONU contra el Genocidio con su campaña.

En respuesta, Netanyahu afirmó que ningún tribunal o rival militar detendrá a Israel en su objetivo de destruir a Hamás.

"Nadie nos detendrá, ni La Haya, ni el eje del mal ni nadie", declaró el sábado en conferencia de prensa, en referencia a los grupos del "Eje de Resistencia" alineados con Irán en Líbano, Siria, Irak y Yemen.

"Es posible y necesario continuar hasta la victoria y lo haremos", agregó, al afirmar que la mayoría de los batallones de Hamás en Gaza fueron "eliminados".

Pero Netanyahu enfrenta creciente presión para rescatar a los rehenes que tienen 100 días en Gaza, con miles de personas que protestaron en Tel Aviv para reclamar su liberación.

"Seguiremos viniendo aquí semana tras semana hasta que todo el mundo sea liberado", declaró a AFP Edan Begerano, de 47 años.

Autoridades de salud en Gaza dijeron el sábado que los bombardeos israelíes mataron al menos 60 personas en el territorio.

Nimma al-Akhras, de 80 años, narró el bombardeo que destruyó su casa.

"Comenzamos a gritar y no me podía mover pero alguien me sacó y me puso en una carreta", contó la anciana.

Las fuerzas israelíes dijeron que destruyeron decenas de lanzadores de cohetes que estaban "listos para ser empleados" en el centro de Gaza y eliminaron a cuatro "terroristas" con ataques aéreos en Jan Yunis, principal ciudad en el sur de Gaza.

Agregó que sus ingenieros destruyeron un "centro de mando" de Hamás en el centro de Gaza.

En tanto, dolientes se congregaron en el hospital Najar de Rafah y oraron al lado de los cadáveres de sus allegados muertos.

Un hombre allí, Bassem Araf, levantó el retrato de una niña.

"Ella murió con hambre, con un pan en la mano. Intentamos quitarle el pan pero lo tenía aferrado", contó Araf.

"Esta es la resistencia que atacan en Gaza, solo niños".

El asedio israelí causó graves carencias de comida, agua, medicamento y combustible en Gaza, cuyo sistema de salud colapsa.

El jefe de la agencia de la ONU para refugiados palestinos, Philippe Lazzarini, afirmó el sábado en una visita a Gaza que "la muerte, destrucción, desplazamiento, hambre, pérdida y dolor masivos de los últimos 100 días son una mancha para nuestra humanidad compartida".

En tanto, la lluvia invernal agravó la deplorable situación humanitaria en Gaza, donde la ONU calcula que 1,9 millones de personas (85% de la población) han sido desplazados.

Muchos se refugiaron en Gaza y otras zonas del sur donde, según el Ministerio de Salud, no hay suficiente infraestructura para ellos.

El portavoz del Ministerio de Salud de Gaza acusó a Israel de "atacar deliberadamente los hospitales (...) para inhabilitarlos", y advirtió de "repercusiones devastadoras".

Los hospitales, protegidos bajo el derecho humanitario internacional, han sido bombardeados repetidamente en Gaza por Israel desde el inicio de la guerra.

El ejército israelí acusa a Hamás de operar centros de mando en túneles debajo de los hospitales, lo cual el grupo islamista niega.

Menos de la mitad de los hospitales de Gaza siguen funcionando y solo lo hacen parcialmente, según la Organización Mundial de la Salud.

Un periodista de AFP en Rafah indicó que las telecomunicaciones se restauraron parcialmente un día después de que Paltel, principal operador en Gaza, reportara un apagón.

Paltel inicialmente no confirmó el restablecimiento del servicio, pero señaló que un bombardeo israelí mató a dos de sus empleados en Jan Yunis cuando reparaban la red.



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