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El propietario de Twitter, Elon Musk, lanzó el miércoles una encuesta entre los usuarios de la red social sobre el restablecimiento de cuentas suspendidas, luego de que un sondeo días atrás lo llevó a rehabilitar a Donald Trump en la plataforma.
"¿Twitter debería ofrecer una amnistía general a las cuentas suspendidas, siempre y cuando no hayan infringido la ley o enviado spam de manera escandalosa? Sí/No", preguntó Musk.
La encuesta, que estará abierta hasta las 17H46 GMT del jueves, fue similar a la estrategia usada para el caso de Trump.
La cuenta en Twitter de Trump, bloqueada a principios del año pasado, fue restablecida el sábado luego de que una estrecha mayoría de los encuestados apoyara la medida, días después de que el expresidente estadounidense anunciara una nueva candidatura a la Casa Blanca.
Rehabilitar de manera general las cuentas suspendidas en Twitter podría alarmar a las autoridades gubernamentales, que están vigilando de cerca cómo gestiona Musk los discursos de odio.
También podría asustar a Apple y Google, que tienen el poder de prohibir a Twitter en sus tiendas de aplicaciones móviles y negar el acceso a la plataforma a cientos de millones de sus usuarios.
Trump había sido vedado en Twitter por su papel en el ataque del 6 de enero de 2021 al Capitolio de Estados Unidos por parte de una turba de sus partidarios que buscaba anular el triunfo de Joe Biden en las elecciones de 2020.
Además de la cuenta del expresidente, Twitter rehabilitó otras cuentas suspedidas, entre ellas la de un sitio de parodia conservador y la de un psicólogo que había violado las reglas de Twitter sobre el lenguaje que identifica a las personas transgénero.
Sin embargo, Musk ha dicho que el teórico de la conspiración Alex Jones permanecerá prohibido en la plataforma.
Musk, que cerró la compra de Twitter por 44.000 millones de dólares a finales de octubre, no aclaró si las prohibiciones contempladas en la encuesta eran suspensiones permanentes o temporales.
El nuevo dueño de Twitter cree que la moderación del contenido es demasiado restrictiva y socava la libertad de expresión. Esta visión genera temores de una oleada de abusos (desinformación, discurso de odio) en la red social.
Muchas marcas ya han suspendido la inversión publicitaria, de la que Twitter depende en un 90% para obtener ingresos.